Un pesquero con base en el puerto de Santa Pola, el Nuestra Madre Loreto, está atrapado en aguas internacionales frente a la la costa de Libia desde que el jueves rescatara del agua a doce inmigrantes que trataban de llegar a Europa en una patera hostigada por una patrullera del país africano y tras haberse negado Malta e Italia a que los desembarque en alguno de sus puertos.

La negativa europea, estrenada el pasado verano con la crisis del Aquarius, abre la puerta a la devolución a Libia, a la que se niegan los inmigrantes pero que, según confirmó el Delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, es la opción que se maneja. «Estamos en negociaciones con el gobierno libio para realizar el desembarque en un puerto seguro de aquel país, que es la zona marítima de rescate que corresponde según la zona de rescate», ha asegurado este lunes Juan Carlos Fulgencio.

«Nos cuentan que se van desesperando porque pasan los días y no hay solución», cuenta desde esta localidad alicantina José Durá, armador del barco. «Esperábamos que fuera rápido y ya llevamos cinco días sin solución. Las últimas noticias es que siguen negociando a ver dónde los pueden ubicar», apunta. Ahora el barco está a 90 millas de Libia, a 30 de Malta y a 160 de Lampedusa, sin medios para acoger a tantos pasajeros y amenazado por un temporal.