Agentes de la Policía Nacional han detenido en Barcelona y en Girona a cinco miembros de una organización criminal dedicada a la trata de mujeres de nacionalidad china para su posteriorexplotación sexual en pisos de Barcelona y Girona. Las víctimas residían en los mismos pisos en los que eran explotadas, en los que debían estar disponibles durante 24 horas al día y de los que no podían salir, teniendo absolutamente coartada su libertad de movimiento.

La investigación comenzó hace casi un año a raíz de la detención de dos ciudadanos chinos en La Línea de la Concepción (Cádiz) que viajaban hacia Gibraltar con pasaportes de Malasia falsificados. Las averiguaciones practicadas por la Policía, les llevó hasta una organización que traficaba con mujeres chinas.

La rama de la organización asentada en España estaba compuesta por tres mujeres de nacionalidad china y dos varones, uno chino y otro español, que actuaban desde Barcelona y Figueres.

También se encargaban de realizar la selección, distribución y reparto de las víctimas entre sus diversos clientes y de atender personalmente los números de teléfono asociados a las páginas web en los que anunciaban los servicios sexuales que ofrecían.

ENCERRADAS EN PISOS

Las víctimas eran obligadas a residir en los mismos pisos en los que eran explotadas, exigiéndoles, además, disponibilidad absoluta durante las 24 horas del día. Las vigilancias realizadas sobre los tres pisos permitieron a los agentes comprobar que las salidas de las mujeres de esos domicilios eran nulas, careciendo, por tanto, de libertad.

Solo salían cuando eran intercambiadas por los proxenetasentre los distintos pisos de la organización, con el fin de variar la oferta disponible para los clientes e incrementando así los beneficios obtenidos de su explotación.

La operación se ha saldado con la detención de cinco responsables de la organización asentados en España, 4 en Barcelona y una en Girona. Durante la misma los agentes registraron dos domicilios en Barcelona y uno en Figueres, en los que se intervino diverso material informático, numerosos teléfonos móviles, cuadernos y agendas manuscritos cuyo contenido está siendo analizado, dinero en efectivo y material propio para el ejercicio de servicios sexuales.