Dos días, 7 horas y 25 minutos duró la fuga. La Guardia Civil cazó a las 17.25 horas de ayer a Pedro Jiménez García, de 35 años, presunto asesino de las dos policías de Bellvitge (Hospitalet, Barcelona). Fue capturado en una chabola del barrio de Vila-Roja, en Gerona. El arrestado había aprovechado un permiso carcelario para cometer el doble crimen. En 1992 ya usó otra salida para violar a una joven en Hospitalet y en el 2003, en un nuevo permiso, trató de abusar de otra en Barcelona.

Un confidente acudió ayer a la Guardia Civil de Madrid para comunicar que había compartido celda con el hombre que aparecía en las fotos que publicó ayer este diario y que luego difundieron las televisiones. A las cuatro de la tarde, el informador policial desveló a los agentes que Jiménez tenía un íntimo amigo que residía en Gerona, y que era probable que estuviera allí.

LA BUSQUEDA La información fue comunicada a la comandancia de Barcelona, quien a su vez la trasladó a la de Gerona. Los guardias enseguida comprendieron que podían estar en la pista buena, ya que los Mossos y la Policía Nacional llevaban más de dos días buscando al fugitivo en El Prat, Barcelona y otras localidades, y no conseguían dar con él.

Una decena de guardias civiles se desplazó a Vila-Roja y rodearon la casa donde, según el confidente, se encontraba Jiménez. El delincuente trató de huir por la parte trasera de la barraca. Cuatro agentes le cerraron el paso cuando pretendía alcanzar el bosque. "Al principio opuso resistencia, pero cuando llegaron más hombres se tranquilizó", aseguraron fuentes de la investigación.

Seguidamente, los guardias entraron en la casita y detuvieron al hombre que le daba cobijo. Resultó ser Mustafá Kamel Dogan, un marroquí conocido en la zona como El turco. El magrebí tiene alquilada la chabola desde hace dos o tres años y vive con sus dos hijos, informa Ana Punsí.

Jiménez y Kamel fueron trasladados a la comandancia de Gerona. Sobre las siete de la tarde, guardias civiles, mossos y policías procedieron al registro de la casa. Anoche, estaba previsto que los agentes de la Guardia Civil entregaran a Jiménez y a su amigo a los Mossos. El presunto asesino se negaba a responder preguntas. "Mantenía una actitud pasiva, como ausente", señaló un agente.

Los investigadores de los Mossos y de la policía han cotejado las huellas de Jiménez con las encontradas en la vivienda de la Rambla de la Marina, del barrio de Bellvitge, y son idénticas. En el piso donde fueron asesinadas las policías en prácticas María Aurora Rodríguez, de 23 años, y Silvia Nogaledo, de 28, sólo han aparecido pruebas de la participación de una sola persona. Los investigadores descartan casi por completo que el presunto asesino actuara en compañía de alguien.

Los responsables de la investigación van recopilando datos sobre el suceso. Los policías tienen claro que el acusado atacó a Silvia Nogaledo en el portal de su edificio, cuando ésta regresaba de la comisaría de Castelldefels. Eso ocurrió entre las 8 y las 9 de la mañana.

RECONSTRUCCION Según la reconstrucción de los hechos, el criminal obligó a la mujer, bajo amenaza con una navaja, a subir al ascensor y a entregarle las llaves. Nada más entrar, el agresor cerró por dentro y se guardó las llaves y, luego, la ató.

La hipótesis más plausible para la policía y los Mossos es que María Aurora Rodríguez se despertara por el ruido. Según reveló ayer la autopsia, esta joven fue asesinada al salir de su dormitorio y querer dirigirse hasta la puerta del piso. Muerta María Aurora Rodríguez, el presunto asesino la emprendió con Silvia Nogaledo. Golpeó a la chica, la sometió a vejaciones sexuales y, finalmente, la cosió a puñaladas.