Tráfico pondrá en marcha a partir del próximo 1 de marzo la vigilancia individual en autovías y autopistas, una iniciativa anunciada hace casi tres años pero que aún no había arrancado. A partir del lunes, 150 parejas de la Guardia Civil se divorciarán y sus agentes pasarán a pilotar 300 coches patrulla equipados con modernos sistemas tecnológicos con los que se intentará suplir su soledad, según explicó ayer el ministro del Interior, Angel Acebes, en la feria de Madrid Trafic 2004.

El objetivo de la medida es obvio: duplicar la eficacia del control de los infractores sin aumentar la plantilla de agentes. Pero el peligro también es evidente. La Agrupación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) advirtió ayer de que "el riesgo se duplica", tanto si un guardia sufre un accidente como si detiene un vehículo.

AUDIO Y VIDEO La Dirección General de Tráfico asegura haber tomado todas las medidas necesarias para que el nuevo sistema se aplique sin sobresaltos. En primer lugar, los agentes seguirán funcionado como pareja, pero a cierta distancia. Cada uno de los dos coches patrulla vigilará uno de los sentidos de circulación de las vías desdobladas. Nunca se alejarán mucho el uno del otro y sólo funcionarán en horario diurno.

Los 300 vehículos están, además, equipados con un sofisticado sistema de grabación tanto en vídeo como en audio, que registrará tanto las infracciones de los vehículos como la posible resistencia a la autoridad que pueda presentar el conductor. La conversación quedará grabada a través de un micrófono inalámbrico que portarán los guardias. Las grabaciones permanecerán en el interior de una caja blindada.

El retraso en la puesta en marcha del sistema se debe, según explicó un portavoz de Tráfico, al largo periodo de rodaje al que ha sido sometido. Durante dos años se ha experimentado con los equipos y los agentes en las provincias de Valladolid y Toledo hasta que se han despejado todas las dudas. También ha sido necesario modificar la normativa. El nuevo reglamento de circulación establece que cuando un conductor vea detrás una luz naranja o roja tiene la obligación de detenerse. Los agentes ya no necesitan sacar el brazo por la ventanilla.