Técnicos de la Unidad Central de Análisis Científicos de la Policía Nacional confirmaron ayer que había ADN de Sergio Morate en la boquilla de una garrafa de agua hallada junto a la fosa de Palomera (Cuenca), donde aparecieron los cadáveres de Marina Okarinska y Laura del Hoyo. Las dos agentes, que comparecieron por videoconferencia en la cuarta sesión del juicio que se sigue contra Sergio Morate, al que se le acusa de ser el presunto autor de dos delitos de asesinato de las dos jóvenes, señalaron que en las primeras muestras, tomadas en el exterior de la botella, no encontraron restos concluyentes, pero las segundas muestras remitidas al laboratorio, correspondientes a la boquilla del envase, sí se corresponden con el ADN de Morate. Además, según estos investigadores, se trata de un tipo de botella de agua muy específica y similares a las que tenía la familia Morate en su domicilio.

La defensa de Morate, por su parte, inquirió en varias ocasiones acerca de la forma en que se tomaron las diferentes muestras y quién las envió al laboratorio.

Además hizo hincapié en su interrogatorio en que no se encontraron restos de las víctimas en ninguna de las pruebas remitidas al laboratorio.

El abogado preguntó directamente, con respuestas siempre negativas, si había ADN de Marina y Laura en el Opel Frontera que usaba habitualmente el acusado, en el Seat Ibiza con el que viajó a Rumanía o en el del mismo modelo que pidió prestado a un conocido.

Según las peritos, sí que había en el Chevrolet Kalos de Laura del Hoyo, pero en éste no había correspondencias con el ADN del acusado.

NUEVAS DECLARACIONES

También declararon a lo largo de la mañana de ayer en el juicio diferentes técnicos tanto del Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses, aunque la comparecencia prevista por videoconferencia desde Ucrania del marido de Marina, V.D., no se produjo por imposibilidad técnica en su juzgado de origen y se renunció a ella, pese a las reiteradas protestas de la defensa.