El cuerpo de Arthur, el niño al que se buscaba tras ser arrastrado por el torrente del 9 de octubre en Sant Llorenç des Cardassar,fue localizado ayer por el operario de una pala excavadora enterrado en barro y ramas en una zona prioritaria de búsqueda. «Era una zona crítica», describió Paco Molina, portavoz de la Guardia Civil de Baleares, en alusión a los puntos de rastreo preferente desde el sábado, en virtud de los análisis de movimientos de víctimas y residuos por parte de técnicos del instituto armado y precisados por geólogos.

Molina detalló que a las 12.20 horas de ayer había sido localizado el cadáver del pequeño, cuya madre murió en la riada y que tenía una hermana que sobrevivió pese a ser arrastrada a lo largo de casi un kilómetro. «En las proximidades estaban todos los dispositivos de búsqueda», detalló el portavoz de la Guardia Civil, que añadió que, aunque queda pendiente la confirmación por ADN preceptiva, el cuerpo de la víctima número 13 de la «torrentada» de Mallorca «ha sido reconocido por su padre».

Molina agregó que la Guardia Civil tiene previsto mantener la búsqueda de vehículos arrastrados hasta el mar en los próximos días y mantendrá también el dispositivo de regulación del tráfico en la comarca y de refuerzo de la seguridad ciudadana tanto en las poblaciones como en las zonas rurales afectadas.

Joan Pol, director técnico del dispositivo de emergencias y reconstrucción puesto en marcha en virtud del plan autonómico ante inundaciones, adelantó que, dado el hallazgo del último desaparecido, propondrá la retirada del medio centenar de profesionales de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que todavía están sobre el terreno.

TÁCTICAS DE TRABAJO

«Hemos cambiado el objetivo del dispositivo y eso nos ha obligado a replantear todas las tácticas de trabajo», manifestó en una rueda de prensa celebrada ayer en el centro de mando del operativo de Sant Llorenç.

El director técnico del dispositivo indicó que, ante la previsión de fuertes lluvias en la zona, los trabajos de limpieza del torrente y sus márgenes, tanto en la población de Sant Llorenç como en Canyamel, se intensificaron durante la jornada de ayer con las 22 máquinas pesadas desplegadas a fin de extraer del cauce los objetos acumulados y evitar problemas en caso de precipitaciones torrenciales.