Los factores de riesgo del Alzheimer están más claros. Un equipo de científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, dependiente del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid, anunciaron ayer que han desentrañado el proceso por el que el virus que provoca el herpes bucal pasa de la sangre al cerebro, lo que supone un vínculo entre el microorganismo y la enfermedad.

La investigación abre una nueva esperanza para evitar la transmisión del mal y prevenir el posible contagio de madres a hijos por esta vía.

El origen de esta enfermedad, que provoca la muerte de las neuronas y afecta en España a 800.000 personas, es desconocido. No tiene tampoco cura o prevención posible aunque sí se sabe que el 80% de quienes lo padecen cuentan con antecedentes familiares. Según explicó el director de la investigación, Fernando Valdivieso, hasta ahora se sabía que esta enfermedad podría estar ligada a algún virus, pero se desconocía cómo pasaba de la sangre al cerebro.

Según el equipo científico (que ha contado con el apoyo de Caja Madrid), ahora puede ser posible desarrollar en breve una vacuna que impida el traspaso del virus del herpes (que infecta al 90% de la población, y permanece en estado latente en nódulos nerviosos) de la sangre al cerebro. En este proceso está implicado el gen de la apolipoproteína E (ApoE) en una forma determinada, la ApoEA4, principal factor genético de riesgo para el desarrollo del mal por esta vía.

La presencia en el cerebro de la ApoEA4 constituye un fuerte factor de riesgo para el padecimiento de la enfermedad, algo que ocurre debido a que la proteína APOE está implicada en la ruta del virus del herpes desde la sangre al cerebro, según explicó Valdivieso. En cualquier caso, la investigación presentada ayer se ha realizado en ratones, y aún deberá probarse con monos.

Los científicos también han averiguado que los hijos de madres mayores de 40 años tienen tres veces más riesgo de padecer la enfermedad que los de las mujeres más jóvenes, porque "cuanto mayor es la madre más carga viral tiene acumulada". Asimismo, se ha comprobado que el estrés reactiva el virus y aumenta el riesgo de padecer el mal. Según Valdivieso, la clave está ahora en desarrollar métodos para prevenir la enfermedad.