Buenas noticias desde el pasado. El análisis de restos fósiles de animales prehistóricos proporciona una nueva mirada sobre los primeros peces con dedos y las primeras aves modernas. Estos hallazgos, publicados este mismo miércoles en diferentes artículos de la revista 'Nature', hacen referencia al fascinante proceso de evolución de las especies. No son, por lo tanto, eslabones perdidos. Sino una parte más de la transición entre los animales prehistóricos y los que conocemos hoy en día. En un caso, unos restos fósiles de más de 360 millones de años permite conocer un poco más aquellos ejemplares de peces que empezaron a desarrollar extremidades parecidas a las de un vertebrado terrestre. En el otro, un cráneo de más de 66 millones de años muestra el pájaro moderno más antiguo jamás hallado que, sorprendentemente, muestra características similares a los pollos y patos actuales.

Ambas historias, aunque muy diferentes entre sí, permiten echar una mirada inédita al pasado. Y recordar que la evolución poco tiene que ver con aquellas imágenes lineales en cadena en las que una especie sustituye a otra hasta configurar el panorama que vemos actualmente. Porque, según el testigo que han dejado los restos fósiles, se trató de un intrincado proceso en el que diferentes etapas evolutivas de una especie podían convivir durante miles de años antes de que una prosiguiera su camino.

LOS PRIMEROS DEDOS DE LOS PECES

El hallazgo de un fósil de un pez prehistórico de más de un metro y medio de largo y con unas aletas que empezaban a tomar forma de las extremidades de un vertebrado podría adelantar, bastante, la fecha de las primeras pisadas sobre suelo terrestre. Aunque no es la primera vez que se encuentra un ejemplar de 'Elpistostege watsoni', un pez considerado como una transición entre los antiguos animales acuáticos y los posteriores vertebrados terrestres, sí estamos ante los restos fósiles más completos hallados hasta la fecha de esta especie. "La transición de los peces a los tetrápodos (los animales de cuatro extremidades) fue una de las transformaciones más importantes en la evolución de los vertebrados", explican los expertos como introducción al recién publicado estudio.

Reconstrucción artística de un Elpistostege watsoni / KATRINA KENNY

Los restos óseos sugieren que los primeros animales que andaron sobre cuatro patas lo hicieron hace unos 374 millones de años. Las huellas fósiles, en cambio, sugieren que esto ocurrió mucho antes. Así que, hasta ahora, el problema era encontrar unos huesos que, siendo testigo de su época, pudieran zanjar el debate. El análisis de este nuevo fósil de pez prehistórico, que habitó las aguas canadienses hace unos 393 y 359 millones de años, aporta información inédita hasta la fecha. Gracias a una tomografía computarizada de alta energía, los científicos lograron descifrar la anatomía de este fósil para descubrir cómo sus aletas pectorales muestran rasgos similares a los de una mano de un vertebrado terrestre. Incluso se ha podido observar la presencia de unos pequeños huesos parecidos a unos dedos. A partir de este análisis, los expertos sugieren que el origen de las manos de los vertebrados no es otro que una evolución de una aleta pectoral de estos peces prehistóricos.

Comparación de la estructura ósea de un Elpistostege watsoni con la de una mano humana / JOHN LONG

'WONDERCHICKEN', EL PRIMER PÁJARO MODERNO

Un espectacular fósil, que durante milenios había permanecido oculto entre las piedras de una cantera situada en la frontera entre Bélgica y Holanda, ha resultado ser el ave moderna más antigua jamás hallada. El equipo internacional de investigadores que se ha encargado de su estudio lo ha apodado, cariñosamente, como Wonderchicken. Algo así como 'el pollo maravilla'. Y es que resulta que este espécimen muestra que un ave similar a los actuales patos y pollos convivió con los dinosaurios, hace más de 66 millones de años. Esto, por lo tanto, sugeriría que los pájaros tal y como los conocemos emergieron durante el final del Cretáceo. Al menos un millón de años antes de que un asteroide desencadenara la famosa extinción masiva que acabó con los grandes dinosaurios.

Reconstrucción artística de un 'Asteriornis maastrichtensis' y, al lado, reconstrucción de los restos fósiles / PHILLIP KRZEMINSKI Y DANIEL J. FIELD (UNIVERSITY OF CAMBRIDGE)

El análisis de estos restos fósiles atrapados en piedra ha podido reconstruir prácticamente a la perfección el cráneo de este espécimen. Más allá de los apodos cariñosos, el nombre científico que se le ha otorgado es el de 'Asteriornis maastrichtensis', en referencia a la diosa griega Asteria que se convirtió en codorniz para huir el impacto de las estrellas fugaces. Siguiendo con la metáfora, los investigadores estudian ahora cómo lograron estos animales sobrevivir al impacto masivo del asteroide que acabó con los grandes vertebrados terrestres. Por ahora, todo lo que sabemos de este 'pollo maravilla' es que pesaba poco más de 400 gramos. Y que, dado que se conservaba entre sedimentos marinos, es probable que viviera cerca de la costa.