La violencia doméstica se cobró ayer una nueva víctima en Valencia. Durante la madrugada, Porfirio, un hombre de 60 años, mató a cuchilladas a su esposa, Isabel, mientras ésta dormía. El presunto parricida, al parecer enfermo mental, fue detenido por la Guardia Civil.

Desesperado, a las ocho de la mañana el presunto homicida salió del chalet familiar, situado en la urbanización Monte Caramello de Llíria, y se encontró con una vecina, Dolores Vega, que pudo verlo "con las manos y la cara llena de sangre". El hombre se dirigió a ella pidiéndole que entrara en su casa porque su mujer estaba "inmóvil en la cama". El marido le dijo que no sabía qué había pasado. Sospechando lo peor, la vecina avisó a la Guardia Civil, que se presentó en la casa y detuvo al presunto parricida.

Porfirio estaba jubilado por una enfermedad mental de la que se estaba medicando. Dolores Vega aseguró que la fallecida le comentó que últimamente su marido "no estaba bien". Los agentes comprobaron que el agresor había bebido. La hipótesis de la investigación es que Porfirio mató a su mujer y se quedó dormido. Por la mañana, no recordaba nada de lo sucedido y de ahí el estado de desesperación en que se hallaba cuando se encontró con la vecina. En su declaración ante la Guardia Civil siguió repitiendo que no sabía lo que había sucedido.

El matrimonio pasaba los fines de semana en el chalet, pero vivía normalmente en Paterna, a cinco kiló- metros de Valencia. Sus vecinos sabían que Porfirio estaba enfermo, pero nunca habían observado que tratara mal a su mujer. Tras el interrogatorio, el detenido fue conducido al juzgado de Llíria encargado de la investigación.

30 VICTIMAS EN CINCO MESES Con ésta ya son 30 las mujeres muertas este año a causa de la violencia doméstica. En todo el 2003, fueron 68 las fallecidas a manos de sus parejas.

El pasado viernes, el Consejo de Ministros aprobó un paquete de diez medidas entre las que destacaban la reasignación de 200 policías y 250 guardias civiles destinados a proteger a las víctimas y la petición a la Fiscalía General del Estado de que extreme las medidas de vigilancia. También está previsto que los fiscales soliciten el encarcelamiento de aquellos agresores que incumplan las órdenes de alejamiento dictadas por los jueces.