Fernando P. S., de 30 años, asesinó ayer presuntamente a dos de sus hijos, de 9 y 3 años. Más tarde, intentó suicidarse. El suceso tuvo lugar en la madrugada de ayer en la casa familiar, ubicada en Leganés, una ciudad dormitorio del sur de Madrid.

Fuentes de la investigación explicaron que el agresor, de etnia gitana, y su compañera llevaban separados 15 días tras una convivencia de 10 años. La separación, supervisada por los servicios sociales de Leganés, estaba siendo más o menos pacífica. Pero el miércoles por la noche, la mujer denunció ante la policía que, tras mantener una discusión con su compañero, su suegra la amenazó.

DE 9 Y 3 AÑOS El suceso --que eleva a ocho el número de menores muertos a manos de sus progenitores-- ocurrió a las cuatro de la madrugada. Fernando cogió un cuchillo y asesinó a Aarón, de 9 años, y a Manuel, de 3. Antonio Gamonal, asesor del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, explicó que, con toda probabilidad, Fernando sufrió "un brote psicótico". Es decir, un arranque de locura. Según Gamonal, Fernando estaba en tratamiento psiquiátrico, pero había dejado de tomar la medicación.

Tras apuñalar a sus hijos, el parricida se autolesionó con el arma homicida y se tiró por el balcón de su casa, una tercera planta. Sin embargo, un coche aparcado en la acera amortiguó la caída.

ANTECEDENTES Fernando, agónico, se levantó y fue andando hasta su furgoneta, pero no fue capaz de arrancar. La policía lo encontró tirado en la calle y lo trasladó al Hospital Severo Ochoa.

El parricida tenía antecedentes policiales. En 1994 fue denunciado por agresión sexual por una mujer que no era la madre de sus hijos. Esta, que se llama Carmen, vivía con Fernando desde hace 10 años, aunque nunca se casaron. Tenían tres hijos en común: Aarón, Manuel y una chica de 12 años, cuyo nombre no fue facilitado. Además, Carmen tenía otra hija, de 14 años, de una relación anterior.

En los últimos meses, la convivencia se había hecho insoportable, así que decidieron separarse. La ley gitana dictamina que, en caso de separación, el hombre es el que se queda con los hijos. Sin embargo, Carmen y Fernando hicieron otro reparto : los varones se quedaron con él y las chicas, con ella.

A pesar del reparto, la madre de Fernando presionó a su hijo para que cediera al pequeño de la familia, Manuel, a la madre. "Un niño de dodotis tiene que estar con su madre", explicó a los periodistas. "Los dos lo pactaron, pero ella no se presentó y envió a una amiga. Así que mi hijo no le dio el niño", continuó.

Todo esto lo contó la madre de Fernando antes de enterarse del suceso. Sin embargo, cuando se percató de la presencia de los policías e intuyó que algo malo había pasado, no dudó en culpar a su nuera.