Las Brigadas Internacionales han sido homenajeadas este domingo en La Fatarella (Terra Alta) con la recreación histórica del último combate de la batalla del Ebro. La conmemoración se enmarcaba en los actos de celebración de los 80 años del final de esta contienda y han participado cerca de una cuarentena de familiares de los brigadistas, procedentes de Estados Unidos, Holanda, Escocia, Alemania y Rusia.

"Es importante recuperar la memoria para poder transmitir a las generaciones futuras los ideales de la república, no podemos olvidarlo porque si no estamos condenados a repetir los errores del año 1936", ha aseverado Àlex Sambró, presidente de la Asociación El río y organizador del acto.

"Mi padre pensaba que era lo más importante que hizo en su vida porque tuvo la oportunidad de combatir el fascismo" ha explicado John Kailin, hijo del brigadista norteamericano Clarence Kailin, quien formó parte del ejército republicano durante la Guerra Civil Española. "No sabía cómo sobrevivió", reconoce Kailin hijo, por la dureza del frente. Con todo, recuerda historias de la guerra como que su padre a menudo no podía ver el cielo a causa de los bombardeos de la aviación alemana. "La contaminación era densa, un infierno", rememora.

Kailin es uno de los representantes de las asociaciones de brigadistas internacionales, de siete países diferentes, que se han reunido este fin de semana para conmemorar y homenajear a las brigadas internacionales. De hecho, este domingo la Sierra de la Fatarella ha vuelto a ser el escenario del último combate de la Batalla del Ebro. Con las trincheras y los bunkers originales, los soldados del ejército republicano y del bando de los nacionales han recreado ante el público cómo fue la última ofensiva en el Ebro, fechada entre 14 y 15 de noviembre de 1938.

ESCENARIO REAL

"Hemos elegido este lugar porque es el escenario real", ha precisado Sambró. Para la escocesa Sandra Trotter, miembro de Internacional Brigade Memorial Trust, el gobierno español debería implementar más políticas para recuperar la memoria histórica. "Deberían hacer más para honrar y recordar a la gente que vino de todo el mundo y de diferentes ideologías para defender la república española", ha dicho. "Es la primera y la mejor muestra de solidaridad internacional y hay que recordar que muchas personas que nunca habían viajado fuera del país lo hicieron para combatir el fascismo", ha añadido Trotter, remarcando que es importante que las nuevas generaciones -tanto españoles como británicos - conozcan la historia.