Ramón Maldonado, el joven detenido en Murcia el pasado lunes como presunto autor de la muerte de su novia, de 15 años, ingresó ayer en prisión después de reconocer ante el juez su culpabilidad. El abogado encargado de la defensa del chaval comentó que su cliente, de 18 años, está arrepentido de lo sucedido.

El joven le solicitó que presentara sus disculpas ante la familia de su novia, de etnia gitana al igual que él. Además, le expresó el temor que sentía a ser objeto de una agresión en la cárcel, donde una ley no escrita que permite que otros reclusos se ensañen con los violadores y agresores de mujeres.

Sin embargo, ese no es en estos momentos el único problema al que se enfrenta Ramón. La familia de su novia también ha jurado vengar el asesinato de la adolescente. De hecho, las posibles represalias están avaladas por la ley gitana.

VIGILANCIA POLICIAL La presión es tan fuerte que los parientes del detenido se marcharon del barrio en el que vivían. Y la policía, que no descarta un ataque, vigila de cerca a la familia de la fallecida. Ana María Moreno, de 15 años, murió después de que Ramón la secuestrara y la golpeara durante tres días con una barra de hierro y una pitón (cadena antirrobo para motos) tras enterarse de que había tenido relaciones sexuales con otros chicos. Ambos no estaban casados, pero vivían juntos desde hacía un mes.

La madre y los hermanos de Ana María desaprobaban la relación. A pesar de la censura familiar, Ramón fue a buscar a su novia al bar donde trabajaba y se la llevó. Ella quería estar con él y su familia no pudo hacer nada por evitarlo. Una vez que se fueron a vivir juntos, se convirtieron en marido y mujer a efectos de la ley gitana. La madre de la menor considera que su suegra es también culpable por encubrir las brutales agresiones que sufrió la menor.