Los primeros Homo sapiens, los hombres anatómicamente modernos, se aventuraron a salir de su cuna africana al menos 60.000 años antes de lo que se pensaba, según demuestra el extraordinario hallazgo en un yacimiento israelí de un maxilar al que se le ha calculado una antigüedad de entre 177.000 y 194.000 años. «No cambiamos el origen africano, sino la cronología», resume Carlos Lorenzo, investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y coautor del trabajo.

El fósil, correspondiente a un individuo adulto y en un buen estado de conservación, todavía con numerosos dientes, apareció recientemente en la cueva de Misliya junto a herramientas de piedra y restos de fauna que permiten conocer algunos detalles de su existencia.

Los resultados de la investigación, encabezada por Israel Hershkovits y otros científicos de la Universidad de Tel Aviv, se han publicado en Science. Entre los firmantes destacan investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos.

El equipo ha aplicado tres técnicas diferentes de datación para obtener la cronología de los materiales hallados en Misliya. Y la conclusión más sorprendente es que la antigüedad resultante, los citados 177.000-194.000 años, es tan grande o casi tan grande como los restos de Homo sapiens más antiguos conocidos hasta la fecha, procedentes de dos yacimientos de Etiopía.

«Esto demuestra la velocidad con la que nuestros antepasados salieron de África», recuerda Lorenzo. Solo con que tus hijos se instalen a 10 kilómetros de donde tú vives, a lo largo de mil generaciones llegas muy lejos, pone como ejemplo el investigador. «La gente se movía en busca de territorios con recursos, generación a generación. No eran precisamente viajeros modernos que conocían su destino final».

El especialista del IPHES insiste en que una migración tan temprana no significa en absoluto que no las hubiera con posterioridad, incluso mucho más nutridas. Los restos más antiguos de Homo sapiens localizados en China son de hace 90.000 años, mientras que a Europa no llegan hasta hace 45.000.

Como recuerda Lorenzo, los hombres que llegaron a Oriente Próximo se encontraron allí con poblaciones de neandertales que pudieron funcionar como freno en la expansión hasta fechas más modernas. Eso sí, también está confirmado que hubo una cierta hibridación.