La magnitud de la tragedia tiene asignados un sinfín de nombres y apellidos y un solo número, pero de tal dimensión que tumba de espaldas: 130.000. Esas son las personas que se verían afectadas en toda España en el caso de que la huelga de examinadores de tráfico se reanudara en septiembre, cuando la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra) se plantea un paro indefinido tras la tregua de agosto si no varían las condiciones actuales.

La estimación del RACC no es baladí, en tanto que cuenta con la mayor red de autoescuelas de España, con 85 centros y más de 12.000 alumnos, y es buena conocedora de la situación de cortocircuito que se avecina si no media un pacto que a día de hoy se antoja remoto, atendiendo a las pulsiones que llegan por parte de Asextra y del Gobierno.

A falta de concretar las estimaciones en septiembre, el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, informó de que se han efectuado 120.000 exámenes prácticos para obtener el permiso de conducir entre el 19 de junio y lo que llevamos de julio, mientras que se han suspendido unos 71.000.

Serrano reconoció que tres de cada cuatro examinadores están secundando la protesta, pero negó que se haya producido una "parálisis total" del sistema, recordando además que los jueves y viernes no hay huelga. Un análisis y unos guarismos que poco tienen que ver con los que anuncian las autoescuelas, que hablaban de una suspensión de al menos 150.000 tests ya a mediados de julio. Según sus cálculos, el conflicto afecta a las más de 40.000 personas que trabajan en las cerca de 9.000 autoescuelas españolas.

REFORMAS

El RACC también cuestiona la perspectiva gubernamental y sostiene la necesidad de una modificación "a fondo" del actual sistema para obtener el carnet de conducir, impulsando un modelo que garantice un incremento de la calidad formativa, avance en la implantación de la formación continua y modernice el proceso de obtención del permiso para hacerlo más ágil y adecuado a las necesidades actuales.

Las posturas siguen enconadas y no se vislumbra un atisbo de esperanza para poner fin al conflicto y, así, al bloqueo administrativo que tiene en vilo a profesionales y alumnos. Si no se producen novedades de calado, los examinadores mantienen su empeño de reanudar el paro el 4 de septiembre, esta vez de manera indefinida.

"Sabemos que esto es un palo tremendo para las autoescuelas y para los alumnos, y queremos que sepan que no es agradable para nosotros. Pero viendo el incumplimiento del Gobierno de subirnos el sueldo [a través de un complemento específico que supondría un aumento de "unos 230 euros brutos al mes] tal como se comprometieron en las negociaciones de hace 2 y 10 años, no nos queda otra alternativa", detalla Gustavo Palma delegado de Asextra en Barcelona.

La réplica la brinda Serrano, que hace pronosticar un septiembre gris cuando avanza que la Dirección General de Tráfico seguirá cooperando con cuanto esté en su mano para atender las demandas de los examinadores, pero que entre esas atribuciones no está la de subir los salarios de los funcionarios.