El Aeropuerto de Barcelona-El Prat vivió ayer una mañana de caos, con colas de hasta hora y media en los accesos de seguridad, debido a la primera de las huelgas parciales que han llevado a cabo los vigilantes de la empresa Eulen, encargada de este servicio.

Las aglomeraciones de pasajeros fueron una constante durante toda la mañana, tanto en la T1, donde el tiempo máximo de espera se situó en una hora, como en la T2, donde los viajeros tuvieron que hacer más de hora y media de cola para pasar los filtros de seguridad.

Los trabajadores de Eulen, que reclaman una mejora de las condiciones laborales y un refuerzo de la plantilla, hicieron paros de una hora a las 05:30, 10:30, 16:30 y 18:30 horas.

Las mayores complicaciones se produjeron entre las 05:00 y las 12:00 horas, mientras que por la tarde se vivió una situación de relativa normalidad, con un tiempo de espera de unos veinte minutos en la T1 y de diez minutos en la T2.

En plena huelga, la dirección y los trabajadores de Eulen intensificaron sus contactos para intentar buscar una salida al conflicto, primero a instancias de AENA y luego del departamento de Trabajo.

Por la mañana, las dos partes se reunieron en el aeropuerto barcelonés con responsables de AENA y el encuentro sirvió para que acercaran posiciones, según explicaron a Efe fuentes conocedoras del mismo.

Después, todos ellos se trasladaron hasta el departamento de Trabajo, donde tuvo lugar una nueva reunión de mediación en la que por primera vez participó la dirección del gestor aeroportuario.

DIFÍCIL UN ACUERDO YA

En un receso de esta reunión, el abogado del comité, Leopoldo García, explicó que «se ha avanzado un poco», pero advirtió que es difícil llegar en un espacio tan corto de tiempo a acuerdos que permitan la desconvocatoria de la huelga.

García también destacó que «la huelga ha empezado hoy (por ayer)» y que los colapsos y largas colas en el aeropuerto de Barcelona de los días anteriores se debieron «al incremento importante del tráfico y la dimensión escasa de la plantilla» y no a una huelga de celo, como apuntó la compañía.

El abogado también recordó que «la huelga no es un deporte, sino una penitencia dentro de la situación económica familiar de los trabajadores», y que por eso intentarán que los paros tengan «un fin que satisfaga los mínimos que exigen los trabajadores».

Al no producirse ayer un acuerdo, estos paros parciales se repetirán los días 6, 7, 11 y 13 de agosto, mientras que a partir del día 14 los trabajadores de Eulen tienen previsto intensificar su protesta e iniciar una huelga indefinida de 24 horas.

Quienes pusieron ayer fin a sus movilizaciones fueron los trabajadores de Adelte, la compañía que gestiona el servicio de carros portaequipajes de El Prat, que desconvocaron la huelga tras llegar a un acuerdo con la empresa.

En este caso, la plantilla del servicio, formada por 70 trabajadores, tenía previsto parar cuatro horas por turno del 28 al 31 de julio, del 1 al 4 y del 12 al 15 de agosto y del 1 al 4 de diciembre.

RECLAMACIONES

Durante los últimos días, miles de pasajeros que tenían previsto volar desde el El Prat se vieron sorprendidos con el colapso en la zona de acceso ya que según la empresa, los trabajadores estaban realizando una huelga de celo, provocando retrasos innecesarios, causando que decenas de viajeros perdieran los aviones.

Esta situación no está contemplada en las causas previstas para indemnizar a los afectados, por lo que los perjudicados deberán de aportar pruebas del perjuicio ocasionado y reclamar por la vía judicial, aunque es un proceso más lento y costoso.

Las organizaciones de consumidores recuerdan la necesidad de guardar todos los billetes y los documentos que demuestran el gasto realizado y el tiempo de espera que permanecieron en el aeropuerto.