Aún recuperándose de los devastadores efectos del huracán Charley , que hace tres semanas dejó en la costa oeste del estado 27 muertos y pérdidas de miles de millones de dólares, Florida se enfrenta desde hace dos días al huracán Frances , una enorme tormenta de categoría 1 que ha obligado a evacuar en la costa este a 2,8 millones de habitantes (el 15% de la población), en la mayor operación de este tipo en toda la historia.

Los cortes eléctricos habían dejado ayer sin energía a cerca de cuatro millones de personas, muchos de ellos en la zona de Orlando, uno de los principales destinos turísticos del estado, donde se encuentra, entre otras atracciones, Disney World. El sábado, el huracán también había provocado problemas en el condado de Miami y en Fort Lauderdale, donde los aeropuertos reabrieron ayer pero limitaron el número de vuelos. Los puertos seguían cerrados.

LA COSTA ESTE, EN ALERTA Unos 370 kilómetros de la costa este estatal también seguían ayer bajo la amenaza del huracán, que sopló con vientos de hasta 144 kilómetros por hora. Mientras avanzaba lentamente desde el sur hacia el noroeste a 14 kilómetros por hora, su fuerza se estaba dejando sentir con lluvias torrenciales y vientos algo debilitados pero todavía fuertes.

Aunque el subdirector del Centro Nacional de Huracanes, Ed Rapaport, anunció un posible debilitamiento de los vientos, los meteorólogos advertían de que los efectos del Frances pueden seguir sintiéndose durante días. Cabe la posibilidad de que recupere intensidad cuando hoy pase por encima de las aguas cálidas del golfo de México.

Los fuertes vientos y las lluvias torrenciales han creado numerosas situaciones de peligro, con árboles y postes eléctricos derribados y muchos conductos de electricidad atrapados bajo el agua, lo que intensifica el peligro de electrocución. Jeb Bush, gobernador de Florida, ha declarado al estado "zona de gran desastre", por lo que sus habitantes podrán optar a las ayudas federales. Bush prometió ayer que los trabajadores de emergencia "no esperarán a que el cielo esté azul", pero también pidió "paciencia" y dijo que hay que esperar a que el huracán amaine para que los equipos trabajen con seguridad.

Aunque hay gente que se ha quedado en casa, gran parte de la población ha seguido los llamamientos de evacuación y 349 refugios públicos acogían ayer a más de 87.000 personas. La Cruz Roja ha preparado también locales de emergencia en Florida y en Georgia y Alabama.

El clima parece cebarse con el estado, paradójicamente conocido como Sunshine State (el estado del brillo del sol). Iván , el quinto huracán de la temporada, se formó ayer en el Atlántico y los meteorólogos prevén que llegue a la zona del Caribe esta misma semana.