Un equipo del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Barcelona) ha identificado el mecanismo de la llamada hipótesis Warburg, es decir, el proceso --concretamente, la desactivación de un gen-- que explica porqué las células tumorales son grandes devoradoras de glucosa, un tipo de azúcar que necesitan para crecer con rapidez. El trabajo se publicó ayer en la revista Nature Communications. Hasta ahora se sabía muy poco de cómo la célula sana pasa de tener un consumo equilibrado de energía a depender de este fast food calórico en la célula tumoral, como lo define el equipo que firma el informe. El artículo demuestra que en uno de cada cuatro tumores humanos existe un exceso del receptor de glucosa en la cara externa de su membrana celular. Esta proteína actúa como un imán atrayendo toda la glucosa que pasa cerca del tumor.

"Estábamos buscando genes que no funcionaban en las células tumorales y vimos uno alterado, pero desconocíamos su función. Descubrimos que era el gen responsable de eliminar el exceso de receptores de glucosa", comenta el investigador Manel Esteller. Una célula desactiva el gen que degrada al receptor de glucosa, activando la captación de este azúcar para obtener energía rápida. Las investigaciones en células de laboratorio y ratones confirman que es posible inhibir este mecanismo. Si se le quita esta fuente energética, el tumor muere porque no puede obtener energía.