La cúpula del episcopado español difundió ayer una declaración "en favor del verdadero matrimonio" en la que los obispos, alarmados ante el anuncio de la próxima legalización de las bodas gays, recuerdan que los parlamentarios católicos tienen "el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar contra el proyecto de ley" del Gobierno socialista.

La nota del comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal (CEE) que preside el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, califica la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio de "error e injusticia" y vaticina que eso tendrá "consecuencias muy negativas para el bien común y el futuro de la sociedad".

LA "HONDA CRISIS DEMOGRAFICA" Los prelados opinan que "el matrimonio no puede ser contraído más que por personas de diverso sexo: una mujer y un varón. A dos personas del mismo sexo no les asiste ningún derecho" para poder hacerlo. Esa aseveración está fundamentada en que "no pueden engendrar nuevos hijos" y, si se trata de niños adoptados, "no podrán encontrar en estas uniones la riqueza antropológica del verdadero matrimonio, donde las palabras padre y madre pueden decirse con gozo y sin engaño", en expresión de Juan Pablo II.

La nota, que fue dada a conocer por el secretario general y portavoz de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino, advierte que, de igual manera que "fabricar moneda falsa es devaluar la moneda verdadera y poner en peligro todo el sistema económico", las bodas gays introducirán "un peligroso factor de disolución de la institución matrimonial y, con ella, del justo orden social".

DISTINTO "SIGNIFICADO SOCIAL" Para los obispos, que las leyes impidan actualmente que los homosexuales puedan contraer matrimonio "no supone discriminación alguna". Lo que, a su juicio, supondrá una injusticia será tratar de forma idéntica a las uniones de personas del mismo sexo con el matrimonio tradicional, puesto que "no tienen el mismo significado social". Y señalan, de paso, que esta iniciativa "en nada ayudará a superar la honda crisis demográfica que padecemos".

REACCIONES DE INDIGNACION Las asociaciones de homosexuales reaccionaron con indignación ante la declaración del episcopado. La presidenta de la Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Transexuales, Beatriz Gimeno, llamó a proclamar, "de una vez por todas", el carácter laico del Estado y a no permitir que la Iglesia interfiera en los asuntos que no son de su competencia. "Es como si los musulmanes empezaran ahora a defender un concepto del matrimonio que acepte la poligamia. Una cosa es el matrimonio religioso y otra el civil, cuya definición compete al Estado en exclusiva y no a las confesiones religiosas", dijo Gimeno.