La noche de San Juan terminó con cinco denuncias por agresión sexual, dos de ellas a menores. Una se registró en una playa de El Puerto de Santa María (Cádiz) a una menor de 15 años, sobre la que no hay detenidos, y las otras cuatro fueron registradas en Cataluña, tres en Barcelona y una en Palamós. Además, ayer se supo de la denuncia presentada por una presunta violación múltiple cometida en Molins de Rei el pasado mayo, por la que, como avanzó la cadena Ser, hay cuatro jóvenes detenidos y dos investigados. Un incremento que renueva el debate. ¿Han aumentado las violaciones o las denuncias como consecuencia de la mayor concienciación de este tipo de agresiones?

De lo que no dudan los expertos es de que el caso de La manada ha ayudado a una mayor preocupación social y visibilización de los ataques. La consecuencia es que las víctimas se sienten más apoyadas a la hora de denunciar este tipo de delitos.

En Palamós, el pasado domingo los Mossos d’Esquadra detuvieron a dos menores de la localidad, de 14 y de 15 años, por una supuesta agresión sexual a otra menor de la misma edad y de distinta población. Uno de los menores fue detenido como presunto autor material del ataque y el otro, citado por omisión de socorro. El caso está en manos de la fiscalía de menores. Las tres denuncias registradas en la capital catalana reportaron una tentativa de violación en Sants; un abuso en el Ensanche y una agresión sexual de un hombre a otro hombre en una playa de Ciutat Vella.

Y en El Puerto (Cádiz), la menor, que había acudido a celebrar la noche de San Juan junto a un grupo de amigas desde Sevilla, habría sufrido una agresión sexual con penetración y violencia, según la denuncia.

El registro de violación múltiple a una joven a la salida de una discoteca de Molins de Rei, según informa la Ser, relata que media docena de chicos abordaron a la chica y la llevaron hasta un vehículo y la agredieron sexualmente. La abandonaron en Sant Boi y apareció en el aparcamiento de los Ferrocarriles de la Generalitat. La misma fuente indica que, según la denuncia, la mujer no recuerda cómo llegó. Llevaba la ropa rasgada y estaba muy angustiada. En el hospital determinaron que había sido agredida sexualmente. La víctima explicó que recordaba haber mordido en el cuello a uno de los presuntos violadores. Una posible herida clave para la investigación.

«Aunque la respuesta judicial de La manada no ha sido la esperada, su impacto ha ayudado a remover conciencias y poner a la calle en contra de esta violencia», expone Amalia Fernández, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis. Además, agrega la abogada, la atención mediática, unida a las manifestaciones del 8-M y movimientos contra la violencia machista como #Metoo, han obligado a los poderes públicos a ponerse las pilas y llevar el fenómeno a la agenda política.

La contrapartida es que el fallo de la violación múltiple ocurrida en los Sanfermines del 2016 en Pamplona, opina Fernández, puede retraer a algunas denunciantes a sufrir el calvario de revivir los hechos.

Desde el ámbito clínico y sociológico, expertos como María Isabel Menéndez, investigadora de violencia contra las mujeres, apuntan a una correlación, especialmente en el caso concreto de las agresiones grupales, entre el auge de este tipo de delitos y el consumo voraz de una pornografía que reitera los patrones de sumisión de la mujer y que tiende a ser cada vez más violenta y denigrante. Según el balance de criminalidad de Interior, las agresiones sexuales con penetración aumentaron un 28,4% en el primer trimestre de este año.