Un incendio forestal en el Algarve (sur de Portugal), desatado hace cinco días, avanza de forma descontrolada tras varias reactivaciones y amenaza la ciudad turística de Monchique. El fuego ha consumido más de 15.000 hectáreas y ha obligado a desalojar a 250 personas de varias aldeas del municipio, una zona montañosa de muy difícil acceso.

Impulsadas por el fuerte viento, las llamas se han extendido en las últimas horas a las vecinas localidades de Odemira, Silves y Portimão, destruyendo a su paso infraestructuras agrícolas, campos de árboles frutales, fábricas y casas. Además, el fuego ha dañado hasta 40 kilómetros de tendido eléctrico, lo que ha dejado sin energía a unas 17 localidades de la zona.

La situación ha desatado la alarma entre la población y las autoridades han reforzado la presencia de medios en el lugar, donde trabajan más de 1.200 bomberos, 400 vehículos terrestres y 16 aviones, así como otros dos Canadair llegados desde España.

Pero ello no ha evitado que aparezcan las primeras críticas a la gestión del incendio, provenientes de las dos principales organizaciones que representan a los bomberos en el país, la Dirección de la Asociación Nacional de Bomberos Profesionales y el Sindicato Nacional de Bomberos Profesionales.

35 GRADOS Y FUERTE VIENTO

Ambas organizaciones se preguntaron ayer por qué Portugal vuelve a registrar fuegos que duran más de tres días, sobre todo teniendo en cuenta que «se sabía desde hace varios meses que la sierra de Monchique era una zona de alto riesgo».

El ministro de Administración Interna (equivalente al Ministerio de Interior), Eduardo Cabrita, lanzó un mensaje de «tranquilidad» y «serenidad». El escenario que afrontan las autoridades son temperaturas de 35 grados y fuertes rachas de viento que aproximan las llamas a aldeas como Alferce, donde en las últimas horas sus habitantes han visto arder varias de sus casas.

Las autoridades decidieron anoche consolidar el perímetro del fuego para evitar que siga avanzando. A partir de hoy la lucha contra el incendio de Monchique se realizará desde dos grandes frentes, uno en el este y otro en el oeste.

Según el último balance de las autoridades, 79 personas han sido asistidas por diferentes circunstancias desde el viernes, de las cuales 29 corresponden a heridos leves y una de gravedad.