Los funcionarios de las prisiones de Cataluña están en el punto de mira. La Generalitat los ha puesto en la picota al constatar, con los informes oficiales, indicios de malos tratos en 26 internos participantes en el motín de la prisión de Quatre Camins (Barcelona) del 30 de abril. La investigación revela "diversos casos" de funcionarios implicados en la entrada de drogas en las cárceles.

El consejero catalán de Justicia, Josep Maria Vall¨s, acompañado del responsable de prisiones, Albert Batlle, quiso quitar hierro ayer a lo que él mismo acababa de explicar al puntualizar que "no se trata de una práctica generalizada".

El motín en Quatre Camins, donde el subdirector Manuel Tallón resultó herido muy grave, tuvo como trasfondo un problema de drogas, ya que la dirección intentó deshacer una mafia que actuaba en el centro. Vall¨s manifestó ayer que, en el caso de 26 internos trasladados de centro tras el motín, "las lesiones no son del todo compatibles con una adecuada utilización de los medios coercitivos reglamentarios".

En referencia a la circulación de sustancias tóxicas, una comisión concluye que dentro de las cárceles circulan todo tipo de drogas. También ha detectado un caso de introducción de droga de la mano de un "trabajador penitenciario".