Habrá que esperar para ver que ocurrió realmente la noche en la que los 15 subsaharianos perecieron ahogados o quizás nunca llegue ese momento. Tras recibir la orden del juez de Ceuta de entregar las grabaciones, la Guardia Civil anunció ayer que había iniciado el proceso de recopilación. Luego quedarán en manos del juez, pero tampoco está claro qué contienen. Pese que hay 37 cámaras distribuidas en todo el perímetro de la valla de la ciudad autónoma, las imágenes solo se registran cuando el operador situado en el centro de control activa la grabación. El cuerpo no ha informado aún si el botón de rec de las cámaras del Tarajal estaba pulsado en los momentos clave.

En la primera grabación que el Ministerio del Interior difundió no se apreciaba nada de lo que había pasado en el agua ni los disparos de balas de goma y fogueo que admitió Jorge Fernández Díaz. Era una versión editada de cuatro minutos que fue rechazada por las onegés y la oposición al considerarla manipulada.

PETICIÓN AL CONGRESO Izquierda Unida (IU) pidió el martes pasado que el ministerio entregue la versión completa al Congreso de los Diputados y el domingo los socialistas se sumaron a la solicitud. La petición de IU será examinada esta mañana por la mesa de la Cámara baja, pero ninguna de las dos formaciones espera una respuesta positiva. La solicitud del juez, instada por la fiscalía, da al Gobierno el argumento perfecto para mantener su negativa a entregarlas al encontrarse bajo custodia judicial. El diputado de IU, Gaspar Llamazares, mostró sus sospechas de que la intención de la fiscalía al instar la petición de las cintas haya sido precisamente la de facilitar una coartada al Ejecutivo para su ocultación.

Las 37 cámaras cubren todos los puntos críticos del perímetro en los que pueden producirse intentos ilegales de entrada en la ciudad autónoma. Además de la decisión que tome el operador, la grabación puede activarse automáticamente en caso de alarma, con lo que las posibilidades de que no se hayan registrado los hechos del pasado día 6 son reducidas. Varias de las cámaras disponen, además, de infrarrojos para visión nocturna que disparan la alarma cuando detectan la presencia de personas en el agua o en las proximidades de la valla. Las grabaciones viajaron en un primer momento a Madrid para la gestión mediática de la crisis.