Agentes de Policía Nacional han intervenido 20 millones de dosis de medicamentos ilegales y han desarticulado la organización criminal que los distribuía. Además, han detenido a 10 personas por delitos contra la salud pública (tráfico ilegal de medicamentos falsos y tráfico de drogas), organización criminal, blanqueo de capitales y tenencia ilícita de armas, y han realizado 12 registros en diferentes localidades de la provincia de Valencia.

Los medicamentos ilegales intervenidos, compuestos por 20 millones de dosis en 300 presentaciones diferentes, podrían haber generado 80 millones de euros de beneficio en el mercado negro. Los productos ilegales no se ofertaban a nadie que no fuese conocido por los miembros de la organización y que no tuviese acreditada una venta mínima. Asimismo, el método que utilizaban tanto para los envíos de producto como para la recepción de dinero era totalmente seguro, y solo aceptaban pago en efectivo.

La investigación comenzó con la información obtenida gracias al desarrollo de dos operaciones realizadas en el 2016 y el 2018 por la Policía Nacional. Dichas operaciones revelaron información sobre los proveedores de las redes clandestinas de distribución. En varios casos, observaron envíos de dinero a una mujer ubicada en la localidad valenciana de Alginet, si bien esta no presentaba conexión aparente con el mundo de la distribución ilegal de medicamentos.

Fisioculturismo / Tras varias gestiones y un control exhaustivo de la mujer, así como de sus contactos y relaciones, los investigadores comprobaron que esta contactaba con diferentes personas tras recibir sobres que, presuntamente, contenían dinero. A partir de ese momento, comenzó la identificación de personas relacionadas con el mundo del fisioculturismo, otras dedicadas al envío de paquetería comercial y, además, detectaron la presencia de varios delincuentes ocasionales.

Los grupos criminales dedicados al tráfico ilegal de medicamentos prohibidos suelen disponer de páginas web, o anuncios en redes sociales, para ofertar su producto de forma abierta. Sin embargo, los investigados, como mayoristas que eran, únicamente ofrecían sus productos mediante invitación.

En una segunda fase de la investigación los agentes descubrieron los locales de venta así como el origen de los medicamentos que almacenaban, que radicaba en México, China, Portugal, Bulgaria o Rumanía.