Investigadores de la Universidad de Zaragoza y del Instituto de Salud Carlos III han descubierto la mutación por la que las diferentes bacterias de la tuberculosis se han especializado en la infección de personas o de ganado.

Este hallazgo, de científicos de la UZ y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (Ciberes) del Carlos III, podría explicar por qué la bacteria de la tuberculosis bovina no se transmite entre humanos, según ha informado hoy la institución académica zaragozana.

Los resultados de la investigación, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), ayudan a entender la historia evolutiva de la bacteria de esta enfermedad, proporcionan una explicación a las observaciones epidemiológicas previas, y pueden contribuir a comprender y prevenir la tuberculosis.

La tuberculosis, con tres muertes cada minuto y ocho millones de nuevos casos al año, sigue siendo a principios del siglo XXI una de las enfermedades infecciosas más letales, según apuntan estas mismas fuentes.

En los humanos, esta enfermedad es causada por una bacteria que se transmite por vía aérea llamada "Mycobacterium tuberculosis".

Además, la tuberculosis también afecta a animales, causando no sólo problemas económicos en ganado, sino también un potencial riesgo de transmisión a humanos principalmente a través del consumo de leche sin pasteurizar.

La tuberculosis bovina causada por la bacteria "Mycobacterium bovis", una vez transmitida al hombre, es extraño que continúe su trasmisión entre los humanos.

En el trabajo, en el que han colaborado expertos franceses, se han comparado los genomas de varias bacterias de origen humano o animal para comprender este fenómeno, y han encontrado la explicación en una mutación que sólo está presente en las bacterias causantes de la tuberculosis en animales y que afecta a un sistema de regulación de la virulencia llamado "PhoPR".

Para demostrarlo, los investigadores mutaron tan sólo dos nucleótidos, de un total de cuatro millones, en el genoma de "M. bovis" y observaron que la bacteria causante de la tuberculosis en las vacas adquiría algunas características propias de la bacteria que ocasiona la tuberculosis en humanos.

"Hoy, más de 150 años después de la teoría darwiniana sobre el origen de las especies, los científicos continúan aplicando estos principios a nivel molecular para entender y prevenir la propagación de las enfermedades", ha señalado el investigador principal del trabajo, Jesús Gonzalo-Asensio, del grupo de Micobacterias de la UZ, que dirige el catedrático Carlos Martín, perteneciente al Ciberes.