En la cultura mexica, el inframundo era algo reservado para los que morían por causas naturales. No era visto como algo aterrador, ya que el verdadero reto se encontraba en la incertidumbre de la vida. Si en la cultura girega era el barquero Caronte el que debía guiar a los muertos a través de la laguna Estigia hacia las fauces del más allá, para algunos pueblos prehispánicos de Mesoamérica este trance se dividía en nueve etapas. Si se superaban sus árduas pruebas podían llegar a reunirse con Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, señor y señora de la muerte y regidores del inframundo, para así lograr el descanso de su alma.

Pero, ¿dónde se halla esa entrada al más allá? Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), en colaboración con la Universidad Autónoma de México (UNAM), han encontrado un túnel bajo la Plaza de la Luna de la zona arqueológica de Teotihuacan -una vieja ciudad preazteca- que recreaba un acceso al inframundo, según informa Efe. Teotihuacan, conocida en náhuatl como "la ciudad de los dioses", es una de las ciudades prehispánicas más grandes de Mesoamérica. Más antigua que la mítica Tenochtitlán.

Una ciudad famosa por sus pirámides, erigidas en honor a las deidades más importantes de la cultura mexica: el Sol,Quetzalcóatl -también conocida como "la serpiente emplumada"- y la Luna. Ha sido debajo de esta última donde los arqueólogos han hallado la recreación de un acceso al inframundo. Dicho descubrimiento abre la posibilidad a otros y aporta nuevas evidencias para que los arqueólogos sigan indagando en las costumbres, signos y ritos de esta cultura milenaria.