Siete personas, de entre 17 y 35 años, se quitaron ayer la vida en Japón en dos nuevos suicidios colectivos acordados a través de páginas de internet. Los nuevos fallecimientos elevan a 26 el número de muertos en los últimos dos meses por el mismo procedimiento. En los últimos dos años, la cifra aumenta hasta 60.

Cuatro de los cadáveres fueron hallados en el interior de un coche en la provincia de Shizuoka, a 180 kilómetros de Tokio, y los otros tres se encontraron dentro de otro vehículo en Gunma, a unos cien kilómetros de la capital. Se trata del mismo método --la intoxicación por monóxido de carbono-- empleado por los cuatro jóvenes encontrados muertos el pasado domingo en la ciudad de Tokio.

FUERTE IMPACTO La sucesión de muertes ha causado un fuerte impacto en la opinión pública, pese a que Japón es uno de los países industrializados con un número más elevado de suicidios, más de 34.000 en el 2003. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 1999 la proporción de suicidios en Japón era de 25,3 por cada 100.000 habitantes, mientras que en España era de 8,2, es decir, sólo una tercera parte.

Esta diferencia se explica en gran medida por razones culturales, ya que en Japón no existe el tabú del suicidio y su historia está repleta de ejemplos en que quitarse la vida es visto como una honorable asunción de responsabilidad o un bello acto de sacrificio. El uso de internet para pactar los suicidios colectivos centra ahora la polémica.