La policía belga pudo resolver el pasado fin de semana un homicidio gracias a un mensaje enviado por la víctima a través de su teléfono móvil. En el SMS enviado a su padre, la joven Stéphanie de Mulder, de 18 años, le explicó que había sido apaleada por su madrastra y el hijo de ésta. Ambos la tiraron luego al agua del puerto de Amberes, donde el sábado fue encontrada muerta.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del jueves de la semana pasada. Por razones aún desconocidas, la madrastra y el hermanastro de Stéphanie la golpearon en su casa de Malinas (Flandes) con un bate de béisbol y la tiraron escalera abajo. Después, la introdujeron en el maletero de un coche para llevarla al puerto y deshacerse de ella. La chica aprovechó ese momento para mandarle el SMS a su padre.

SEÑALAR EL LUGAR Este, sin embargo, no lo leyó hasta el viernes, cuando ya había denunciado la desaparición. El mensaje llevó a los agentes a los autores del crimen, Maura van Lommel, de 44 años y actual compañera del padre, y Andy Hermans, de 23. Este último confesó y señaló el lugar donde habían tirado la joven al agua. El padre, por su parte, dijo no entender por qué Stéphanie no le llamó por teléfono.