El juez de Menores de Granada Emilio Calatayud, conocido por su sentencias ejemplarizantes, defendió ayer la prohibición del uso de los teléfonos móviles en los centros escolares como una de las formas de combatir el acoso.

El magistrado se refirió de esta forma al protocolo específico de actuación ante supuestos casos de ciberacoso, en algunos colegios e institutos, que da potestad a maestros y profesores para requisar teléfonos móviles ante la sospecha de que pueda estar dándose un caso de acoso. También calificó como «una barbaridad» que algunos profesores se amparen en que se usan algunas aplicaciones para impartir ciertas asignaturas.

Según Calatayud, si los centros están dotados de ordenadores y tabletas deben usarse esos dispositivos para impartir las materias en los que sean necesarios, pero los móviles deben estar vetados.De esa forma, añadió, en caso de canalizarse algún tipo de acoso a través de esos terminales, los centros escolares no tendrían responsabilidad en este ámbito.

Preguntado sobre si el hecho de requisar los móviles puede suponer una intromisión en la intimidad, señaló que habría que evitar esa «inseguridad» que se crea al profesor, teniendo en cuenta que ese tipo de terminales son más que una agenda y cuentan con mensajes, fotos y vídeos.

REFORZAR LA AUTORIDAD

En cambio, se mostró a favor de que los padres «violen» esa intimidad de sus hijos y accedan al contenido de sus teléfonos, especialmente con los menores de 14 años, que pueden estar involucrados en acoso y sobre los que legalmente no interviene la justicia. «Hay que apretarle más a los padres, darle el derecho de corrección a los hijos y reforzar su autoridad junto a la del maestro», dijo el juez, que cree que la justicia debe ser el último paso cuando todo el sistema haya fracasado.