Los vigilantes de seguridad que intentaron interceptar a Ángel Boza, miembro de La manada, cuando este acababa de sustraer unas gafas de sol, ratificaron ayer ante el juez que el joven intentó «atropellarles» al darse a la fuga tras ser descubierto. El juez que instruye el caso había convocado ayer, aprovechando un turno de guardia antes de sus vacaciones, a los tres vigilantes de seguridad que intervinieron para intentar detener a Boza el 1 de agosto y a un responsable del establecimiento con el objetivo de intentar esclarecer lo sucedido aquella tarde. El magistrado no regresará hasta el próximo mes de septiembre, por lo que Boza permanecerá en prisión provisional hasta entonces.

«EXAGERACIÓN» / Su abogado insiste en que se trata de «una exageración» y que la única intención del joven era huir, no agredir a los guardias, aunque reconoce que hubo un «roce». Boza, condenado junto a cuatro compañeros a nueve años de prisión por agresión sexual durante los Sanfermines del 2016, permanece en la cárcel acusado por un delito de robo con agresión.

Al parecer, según fuentes judiciales, existen grabaciones de lo ocurrido cuando el más joven de los integrantes de La manada y con antecedentes por conducir bajo los efectos del alcohol, se interesó por unas gafas valoradas en 140 euros y en un despiste de la dependienta les dio el cambiazo y las escondió en su pantalón. A continuación, se dirigió a su vehículo, aunque las cámaras del párking no pudieron grabar lo que ocurrió allí. Los agredidos requirieron atención sanitaria.