El Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid considera que no se puede acreditar que haya delito en el caso de la joven de 18 años que ocupó hace unas semanas la casa de su abuelo, en la calle Atocha, al entender que existen "lazos familiares".

Según han confirmado fuentes jurídicas, la familia ha interpuesto un recurso ante esta decisión y sigue manteniendo que el abuelo no ha realizado ningún tipo de contrato para permitir el acceso de la joven a la vivienda, en la que viva junto con otra chica y un bebé.

La familia interpuso el mes pasado una denuncia ante el juez de Instrucción y preveían solicitar la medida cautelar del desalojo, aunque finalmente no pudieron al haberse traspapelado el documento judicial, después de conocer que la joven habría entrado sin permiso en casa de su abuelo aprovechando un viaje a Cartagena, donde reside su hija -madre de la chica denunciada- y su mujer.

"Mi hija no tenía contrato para entrar. Entré a hablar con ella y me dijo que quería un piso. Llamé a la Policía y casi nos detienen", relató recientemente la madre de la joven, que la definió como "conflictiva y agresiva". Además, explica que estuvo ingresada en un centro de menores pero, a su juicio, "no se le trató como debían al necesitar ayuda psicológica".

Tras dejar el centro, aseguró que la niña se fue con su padre hasta que cumplió la mayoría de edad aunque "una fuerte discusión" provocó que se fuera de casa. Por su parte, el padre le comentó a su exmujer que la okupación era un asunto "que debería arreglar ella".

En el recurso, han incluido fragmentos de noticias de los medios de comunicación para demostrar que se han opuesto a la okupación y esperan obtener respuesta pronto.