El miembro de La Manada detenido por el robo de unas gafas de sol en un centro comercial el pasado mes de agosto, Ángel Boza, continuará en prisión. El juez que investiga el incidente considera que existe riesgo de fuga, dado que el joven se enfrenta a una pena de entre 2 y 5 años de cárcel y sobre él pesa ya otra condena de nueve años por los abusos sexuales a una joven en los Sanfermines de 2016. Las acusaciones y su defensa tienen además un plazo de diez días para presentar el escrito de acusación y solicitar la apertura del juicio oral o bien reclamar el archivo de las diligencias.

Boza, de 26 años, se encontraba en libertad provisional desde julio a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Navarra confirmara la condena por abuso sexual cuando el 1 de agosto fue detenido en Sevilla mientras huía tras robar unas gafas de sol. Su defensa mantiene que, dada la cuantía de las gafas, menos de 200 euros, no se puede hablar de robo sino de hurto, y que el joven ha reconocido los hechos, por lo que el pasado lunes reclamó su puesta en libertad. Sin embargo, el juez hace hincapié en que en su fuga arrolló a dos vigilantes del centro comercial que trataron de interceptarle, algo negado por el detenido y ratificado por los afectados ante el juez, y deniega esa excarcelación.

"Por sus antecedentes"

De nada ha servido que la defensa de Boza alegue que el joven carece de antecedentes similares, ya que hasta el momento en su expediente solo constan la condena por el abuso sexual y otras por conducir ebrio. El juez, por el contrario, ya apuntó en su auto de encarcelamiento un incidente similar en los Sanfermines de 2016, de ahí que alegue la reincidencia y el riesgo de fuga “teniendo en cuenta la naturaleza del presunto delito cometido, la pena que pudiera corresponderle, las circunstancias del hecho y antecedentes del investigado”. Además, considera que se trata de la fórmula para “garantizar la eficacia de la investigación procesal y la disponibilidad del investigado a los llamamientos judiciales”.

Así, el juez continúa adelante con el procesamiento de Boza al existir “indicios racionales” de que habría cometido supuestamente un delito de robo con violencia con resultado de lesiones y utilización de instrumento peligroso, en alusión al vehículo con el que arrolló a los vigilantes. En un auto de procesamiento fechado este jueves, el juez de instrucción 16 de Sevilla da por finalizada la investigación y remite las diligencias del caso a la Fiscalía y a las acusaciones personadas para que formulen su escrito de acusación y soliciten la apertura de juicio oral o bien pidan el sobreseimiento de la causa, según han explicado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Boza permanece en prisión desde el pasado 2 de agosto, después de ser interceptado por la Policía Local de Sevilla cuando huía tras apropiarse de unas gafas de sol en un centro comercial de Sevilla. Según consta en el expediente de los policías y se puede ver en el video de las cámaras de seguridad, el joven entró en el departamento de óptica del centro comercial y tras disimular probándose varias gafas, escogió un modelo valorado en unos 150 euros, les retiró el dispositivo de alarma y se las llevó tras poner las suyas propias en el expositor, dirigiendose a continuación al parking.

No obstante, los dependientes se percataron del hurto y dieron aviso a los vigilantes del centro, quienes se apresuraron a localizarle. Según ratificaron ante el juez, los dos vigilantes trataron de darle el alto, pero Boza, lejos de atender las indicaciones, se subió a su vehículo y salió a toda velocidad del lugar. En su fuga embistió a ambos responsables de seguridad, que resultaron heridos leves. Tras ser alertada la Policía Local de lo sucedido, Boza fue localizado a los pocos minutos en una céntrica avenida de Sevilla. En la guantera del vehículo fueron localizadas las gafas sustraídas. No fue hasta identificarle cuando los agentes descubrieron que era uno de los integrantes de La Manada condenado por abuso sexual. El joven acababa de recuperar el permiso de conducir después de que le fuera retirado tras ser condenado en dos ocasiones por varias infracciones de tráfico y conducir bajo los efectos del alcohol.