Luis Alfonso Gámez (Bilbao, 1962) ejerce de divulgador y lleva décadas siendo el azote de los charlatanes de la salud. Es periodista científico de El Correo y miembro fundador de Círculo Escéptico, asociación que fomenta el pensamiento crítico contra las pseudociencias.

-¿Por qué gente normal y formada cae en los cantos de sirena de los curanderos?

-Hasta los más inteligentes son susceptibles de ser ingenuos y crédulos. Steve Jobs tenía un cáncer de páncreas y confió en las pseudociencias. Peter Sellers, que sufría del corazón, se puso en manos de gente que simulaba realizar operaciones sin bisturí. Somos especialmente vulnerables en lo que afecta a nuestra salud y la pérdida de seres queridos. Un enfermo tiene derecho a agarrarse a un clavo ardiendo, pero lo que no hay derecho es que la sociedad permita que a un paciente desesperado le vendan remedios mágicos.

-La legislación casi nunca apoya a las víctimas.

-Un verdadero problema porque la ley dice que cuando el engaño es burdo no ha lugar a condena. «La magia no existe», argumentan los jueces. Tampoco existen los chollos económicos y, sin embargo, si una persona es víctima de un chiringuito financiero sí se considera que tiene derecho a un resarcimiento y el culpable es condenado. ¿Por qué no sucede lo mismo cuando se juega con la salud? Necesitamos una reforma legal, es la única manera de proteger a las personas más indefensas, enfermos que mañana podemos ser tú y yo. Urge una ley que diga: si usted promete remedios mágicos y no funcionan será culpable de homicidio involuntario (o lo que sea).

-Medicina oriental, coreana, alternativa, cuántica, naturista y ortomolecular. ¿Existen este tipo de disciplinas?

-Son ganchos. Todo lo que se venda como medicina alternativa -o complementaria, que es el término que se utiliza ahora para evitar problemas- no existe porque si funcionara sería medicina.

-Acupuntura, reiki, aromaterapia, flores de Bach... Un informe de Sanidad del 2011 cifra en 139 las técnicas alternativas y reconoce que ninguna es efectiva más allá del efecto placebo.

-Hay que tener cuidado con todo lo que lleva el adjetivo alternativo. Si conoces a alguien con una enfermedad grave como el cáncer que va a un curandero, homeópata, acupuntor o practicante de la medicina ortomolecular -cosas que no sirven para nada, solo para sacar dinero- dile que jamás abandone la quimioterapia o el tratamiento que le hayan prescrito en el hospital. Por desgracia, la medicina científica no lo cura todo. Pero la alternativa no cura nada. Desde hace décadas, los medios de comunicación han promocionado este tipo de charlatanes, gente que dice que, por ejemplo, el cáncer es culpa tuya porque tienes un conflicto emocional. Ahí está el caso de Txumari Alfaro, que asegura que si un niño sufre cáncer es culpa de la madre porque se trataba de un hijo no deseado. A todo ese tipo de gente se le ha promocionado en las teles públicas y privadas. Guardo grabado un programa de los años 90 en el que se invitó a un tipo de Málaga que decía que podía curar la parálisis cerebral a un niño. El subdirector del espacio era Javier Sierra.

-¿Cristina Beraza estaría viva ahora si hubiera seguido con la quimioterapia en lugar de ponerse en manos de un curandero?

-Todos somos responsables de las decisiones que tomamos pero a todos nos pueden engañar. Pasó con las preferentes y los bancos. Es muy difícil ponerse en la piel de alguien que está enfermo y desesperado. Insisto: si las autoridades y la ley nos protegen de los timadores financieros, ¿por qué no hacen lo mismo con los que venden milagros para la salud? Son sinvergüenzas. Si tienen un problema grave acuden a los mejores hospitales del mundo para curarse. Eso pasaba con los cirujanos psíquicos filipinos y brasileños.

-¿Qué es un cirujano psíquico?

-El que simula que te opera. Simula que te extrae sangre y vísceras, pero es todo un truco de ilusionismo.

-Suena tremendo.

-Lo es. Yo siempre recomiendo confiar en nuestra sanidad pública, que con todos sus defectos, es una de las mejores. El curandero de Hondarribia que trató a Cristina Beraza no ha curado a nadie de ningún cáncer, pero todos los días hay médicos de los que no hablamos que salvan vidas. La medicina natural no existe. La medicina es un invento humano. No lo cura todo, es verdad. Pero un tío que te pone las manos en el cuerpo no te va a curar nada. Ahora está muy de moda la osteopatía, que no tiene nada que ver con la fisioterapia, que sí es una ciencia. Si tu fisioterapeuta es osteópata cambia de fisioterapeuta. Si tu médico es homeópata, cambia de médico.