Las visitas de los lunes a Barcelona se están convirtiendo en el modus operandi del traje nupcial de Letizia. Como ya hizo la semana pasada, la prometida del Príncipe tomó ayer el avión y durante dos horas permaneció en el estudio de Manuel Pertegaz. Allí, en el taller que el costurero tiene en la Diagonal, el diseñador y la novia perfilaron el vestido con el que Letizia, el próximo 22 de mayo, hará su particular metamorfosis, la de periodista a princesa de Asturias.

A dos meses exactos del día de la boda, Letizia hizo el viaje relámpago a Barcelona y llegó al estudio sin el Príncipe, quizá por aquella tradición que dice que no hay nada más funesto para un matrimonio que el novio espíe el vestido antes del día de la boda. Así pues, Letizia llegó al taller de la Diagonal pasadas las cuatro de la tarde y, dos horas más tarde, dio por terminada su revisión semanal en la casa de modas que ha vestido a una variopinta clientela: desde las internacionales Audrey Hepburn y Ava Gardner, hasta las autóctonas Carmen Polo y Bibis Samaranch. No sin ironía, Pertegaz suele decir que, aunque la elegancia emana de la persona, quien lleva sus vestidos "tiene mucho ganado".

El taller de Pertegaz, para el que trabajan una decena de costureras, bulle estos días de agitación. "Estamos en plena temporada, es una vorágine", decían ayer en el estudio. Sólo en el género nupcial y al margen del de Letizia, el maestro, de 86 años, reparte su insólita energía entre otros cuatro vestidos de novia.