La presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, ha levantado este jueves el estado de emergencia decretado el pasado agosto para luchar contra el virus del ébola en el país, aunque aseguró que la lucha contra la enfermedad todavía no ha terminado.

"Hoy podemos estar orgullosos de los progresos logrados. No voy a extender el estado de emergencia. Pero esto no significa que la lucha contra el ébola haya terminado", afirmó la presidenta liberiana en un comunicado.

En palabras de la mandataria, "Liberia no puede ser declarada libre de ébola hasta que nuestros vecinos también lo estén. Esto significa que no se puede bajar la guardia ni podemos darnos el lujo de reducir nuestra vigilancia".

Aunque aseguró que ahora empieza "una cuenta atrás de 21 días para cumplir el objetivo nacional de 'cero nuevos casos'", explicó que las medidas preventivas seguirán vigentes.

Así, anunció que mantendrá el toque de queda hasta la medianoche, aunque no se aplicará en las zonas próximas a puntos de acceso y fronteras.

El pasado 7 de agosto Liberia decretó el estado de emergencia en el país con el objetivo de adoptar "medidas extraordinarias" para contener la expansión del virus.

Ahora, la presidenta eliminó esta medida: "En nuestra opinión, y en la de aquellos con los que hemos consultado, hemos logrado muchos avances", afirmó.

No obstante, reconoció que todavía queda mucho por hacer, ya que muchos liberianos están siendo atendido en centros de tratamiento y en muchas zonas rurales siguen registrándose muertes y nuevos casos.

La mandataria remarcó que estos progresos han sido posibles gracias a la ayuda internacional, pero sobretodo a la respuesta de "nuestros ciudadanos, especialmente de nuestros trabajadores sanitarios", que "en esas horas oscuras, se pusieron de pie y nos defendieron".

Liberia es, junto a Sierra Leona, el país más afectado por el brote de ébola que surgió en Guinea Conakry el pasado marzo y que ya se ha cobrado la vida de más de 5.000 personas en África Occidental.

Solo en Liberia, se han registrado más de 6.600 casos de ébola, de los cuales, más de 2.700 enfermos han fallecido.