El líder de la formación ultra Alianza Nacional, Pedro Pablo Peña, ha defendido hoy ante el juez, que le ha imputado un delito de incitación al odio, la legitimidad del uso de la violencia cuando los poderes públicos no actúan para frenar la secesión de Cataluña.

Peña ha declarado esta mañana como imputado ante el titular del juzgado de instrucción número 26 de Barcelona, que investiga la denuncia que la Fiscalía presentó contra él y contra el líder de La Falange, Manuel Andrino, por afirmar que Cataluña solo sería independiente "a base de mucha sangre", en un mitin del pasado 12 de octubre en la capital catalana.

Solo Peña ha comparecido ante la juez instructora de Barcelona, ya que el otro imputado se ha negado a hacerlo argumentando que quiere declarar ante un juzgado con sede en Madrid, han informado a Efe fuentes judiciales.

En su declaración ante la juez, el líder ultra ha ratificado las primeras declaraciones que hizo ante la Fiscalía de Madrid -ya que también se negó a ser interrogado por el fiscal de Barcelona cuando fue citado- y ha admitido las expresiones que profirió en un mitin que pronunció ante medio millar de personas el pasado Día de la Hispanidad en Montjuïc.

A preguntas de la juez, el imputado ha justificado su discurso, argumentando que considera legítimo el uso de la violencia por parte del "pueblo español" cuando los poderes públicos no hacen nada para evitar la independencia de Cataluña.

Pedro Pablo Peña se ha negado a contestar a las preguntas del fiscal de Delitos de Odio y Discriminación, que presentó la denuncia contra los dos líderes ultras a raíz de un informe de la división de información de los Mossos d'Esquadra que incluía la grabación de los discursos pronunciados por los imputados.

De hecho, cuando supo que estaba siendo investigado, el propio Peña colgó en la web de Alianza Nacional un escrito en el que aseguraba que le importaban "una higa la Fiscalía y los fiscales", lo que motivó que el ministerio público ampliara su denuncia por un delito de injurias graves dirigidas contra instituciones del Estado.

Según la denuncia de Fiscalía, en su discurso los líderes ultras afirmaron que estaban dispuestos a "dar hasta la última gota de sangre para defender la unidad de España" y también "a matar por España".

Además, en su tradicional recorrido a pie desde la plaza de España hasta la plaza de Sant Jordi, en la montaña de Montjuïc, los manifestantes exhibieron banderas con simbología neonazi mientras coreaban consignas como "Artur Mas a la cámara de gas" o "La inmigración destruye a la nación", añade la Fiscalía en su denuncia.