Lunes negro de violencia machista. Esta plaga se cobró ayer cinco vidas en tan solo 24 horas en tres sucesos ocurridos en lugares tan alejados como Valladolid, Bilbao y Paterna (Valencia). Dos mujeres y un hombre fallecieron a manos de las exparejas de ellas, mientras que dos agresores se quitaron la vida. Una tercera mujer sufrió heridas por arma blanca, pero logró escapar viva. El balance anual alcanza ya las 50 fallecidas, más las que se pueden derivar de los ocho casos que están pendientes de determinar si se trató de violencia ejercida contra las mujeres.

El suceso de Valladolid fue el más sangriento y probablemente el más evitable. Sobre el agresor, un marroquí de 48 años que responde a la iniciales O.O., pesaba una orden de alejamiento desde el año 2009 --cancelada el diciembre del 2013-- dictada tras las denuncias presentadas por su expareja, española de 48 años.

La madrugada de ayer acudió al domicilio del barrio la Rondilla de Santa Teresa, donde esta se encontraba con su actual pareja, F.J.L.C, un español de 46 años, y acabó a cuchilladas con la vida de ambos. Los vecinos, asustados por los gritos alertaron a la policía, que encontró los cuerpos sin vida de la pareja, junto al asesino que confesó el crimen y se entregó sin ofrecer resistencia. La fortuna quiso que la niña de cuatro años que había tenido la víctima con el agresor no se encontraba en el domicilio.

HACIENDO LAS MALETAS

Los antecedentes del asesino no se circunscriben a la fallecida. Según la subdelagación del Gobierno en Valladolid, también había sido denunciado por otra anterior pareja. Un caso más en el que la respuesta de las Administración a las denuncias, aunque sean reiteradas, no ha ofrecido suficiente protección.

En el suceso de Paterna, no constan, en cambio, denuncias previas. Era una pareja en trámite de separación sin episodios conocidos de violencia. El marido, que al parecer se encontraba haciendo las maletas para dejar el hogar familiar, efectuó varios disparos que dejaron sin vida a su esposa y luego se quitó la vida. En el balcón de la casa estaban jugando la hija de un anterior matrimonio de la mujer, de 14 años, así como la hija en común, de unos 6 años, que no vieron nada.

El quinto fallecido es la expareja de una mujer del barrio bilbaíno de Otxarkoaga a la que agredió y dejó heridas leves en el cuello y luego se suicidó echándose a las vías del tren. El suceso ocurrió la madrugada de ayer cuando la víctima se disponía a salir de casa para pasear a su perro y encontró a su expareja, que la esperaba en el rellano de la escalera. El hombre le hizo volver de nuevo a su domicilio donde la agredió.