La Guardia Civil ha detenido a 26 personas --y otras seis están imputadas-- en una operación en la que ha inmovilizado cerca de 600 toneladas de alimentos y más de 500.000 litros de diferentes bebidas listas para su distribución en todo el territorio nacional, en la que han participado más de 7.000 agentes de diferentes especialidades en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición y las Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas.

El objetivo principal en las cerca de 2.500 inspecciones realizadas ha sido detectar actividades irregulares en unas fechas donde el incremento del consumo provoca la puesta en el mercado de alimentos que no cumplen con los requisitos de seguridad alimentaria, falsificación de etiquetados y denominaciones de origen, la adulteración y venta de productos caducados o en mal estado, así como el transporte, distribución y almacenaje de alimentos sin control sanitario.

Las infracciones más comunes que se han detectado son la manipulación o carencia de etiquetados, la manipulación de las fechas de caducidad de los productos, el transporte o manipulación de alimentos sin control sanitario, la venta de pescado inmaduro y la conservación de carne o marisco en almacenes clandestinos sin mantener la cadena de frío o con sin trazabilidad.

Por ejemplo, en Málaga el Seprona detectó el uso de una nave como matadero ilegal, utilizando el sello falsificado de otro matadero legal para identificar la carne. Y en Fontellas (Navarra), se precintaron 600.000 pilas, 60.515 kilos de comida y 168.350 litros de bebidas por encontrarse todo ello caducado o sobrepasada la fecha de consumo.