El reto más urgente para la Sanidad madrileña en estos momentos es localizar a todas las personas a las que la enfermera contagiada por ébola pueda haber infectado en los últimos días, en los que ya manifestaba síntomas de la enfermedad. Así lo ha confirmado en su comparecencia en el Congreso la directora General de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, que ha asegurado que se van aponer todos los medios necesarios para localizar a "los contactos".

Según Vinuesa, se está trabajando "de manera intensa" en la evaluación de las personas que han mantenido relación con la enfermera, empezando por su marido, que ha quedado ingresado en el Hospital Carlos III, en cuarentena, a la espera de los resultados de los análisis. Ambos cónyuges están siendo atendidos en el mismo centro, después de que esta madrugada la enfermera fuese trasladada desde el Hospital de Alcorcón donde ingresó el domingo.

Mercedes Vinuesa ha confirmado que España dispone de varios de los tratamientos experimentales contra el ébola y que ayer se le empezó a suministrar uno de estos fármacos a la enfermera infectada.

Vinuesa ha insistido en que el contagio solo es posible una vez ya han aparecido los síntomas de ébola y que es necesario que haya un contacto directo con el enfermo o con algún objeto contaminado. Sin embargo, la directora general de Salud ha admitido que se desconocen las causas del contagio en el caso de la enfermera del Hospital Carlos III y lo único que ha confirmado es que al parecer se contagió mientras atendía al misionero Miguel García Viejo, infectado en Sierra Leona.

El Ministerio de Sanidad ha confirmado que hasta el momento se han producido en España 24 casos de sospecha por ébola, de los cuales todos han dado resultados negativos, salvo el confirmado ayer. Un elevado porcentaje de estos casos que fueron desestimados, en cambio, dieron positivo a paludismo.

Los grupos de la oposición han reprochado a la directora general de Salud Pública que haya fallado el aislamiento y también el seguimiento del personal que entró en contacto con los misioneros repatriados, puesto que la enfermera estuvo seis días con fiebre sin aislar y no se le realizaron las pruebas de ébola hasta que ella insistió.