Madrid empieza hoy a ser una ciudad encantada. La capital tiene que convertirse en el escenario perfecto de un cuento de príncipes y princesas. Queda poco tiempo y mucho por hacer. El dispositivo boda real está formado por 1.000 operarios municipales, 400 de los cuales lo son por amor al arte. Mejor dicho, a la monarquía.

La lista de deberes es enorme: cubrir los edificios en obras con lonas artísticas; colocar 1,2 millones de flores; vestir los balcones con cintas y banderolas; pintar con focos de luz los monumentos; poner altavoces para que la música acompañe a los novios en su recorrido nupcial y, por último, terminar de plantar en Atocha los 192 cipreses y olivos que recordarán a los muertos del 11-M.

ROSA, PLATA Y AMARILLO Los operarios ya comenzaron la semana pasada a teñir la capital de blanco, rosa, plata y amarillo. Son los cuatro colores escogidos por Pascua Ortega, el diseñador encargado de convertir la capital en la ciudad perfecta.

Una lona que representa un cielo pintado por Goya cubría ayer el edificio del restaurante Gula Gula, al principio de Gran Vía. Lo mismo sucedió en el solar del palacio de Lorite, derribado para ampliar el Banco de España, en el número 12 de la Gran Vía. A lo largo de esta semana, los operarios tendrán que hacer lo mismo con todas las fincas del centro que se encuentran en obras. Dos días antes del enlace, el edificio de Telefónica --ubicado en Gran Vía-- también será cubierto con una tela rosa con el logotipo del enlace: la letra M . Esa finca no está en obras, pero Ortega ha querido revestirla. Esto último ha costado 6.000 euros.

Los flores --tulipanes, lantanas, rosas, guineanas y claveles, entre otras muchas especies-- son parte fundamental de la operación embellecimiento . En total, habrá 1,2 millones de flores y plantas para adornar la ciudad. Ya hay muchas colocadas, pero queda la mayor parte del trabajo. La decoración floral tendrá dos escenarios: el Madrid romántico --en el que el protagonismo será para el almendro en flor-- y el Madrid cosmopolita --que estará inundado de esferas de flores rosas y amarillas--.

El dispositivo en la capital de España incluye instalar potentes focos de luz para teñir de rosa y amarillo monumentos como la Cibeles y la puerta de Alcalá.