En ausencia de una vacuna eficaz, los fármacos han sido hasta ahora la única forma de frenar las infecciones de malaria, que cada año afectan a más de 300 millones de personas en los 91 países en que es endémica. El irregular control de esas terapias ha provocado que el parásito plasmodium falciparum, que causa la malaria al ser transmiti- do por los mosquitos anopheles hembra, sea resistente a fármacos que lo eliminaban.Es el caso de la cloraquina, que llegó a ser ineficaz en más de un 50% de los enfermos que lo recibían. Por esta razón, ahora es necesario combinarla con otras sustancias, sulfadoxina y pirimetamina, entre ellas. Los médicos que actúan en Africa ya han alertado de la necesidad de investigar en busca de nuevos fármacos contra la malaria, que puedan sustituir a las actuales terapias cuando fallen.Entre 10 y 15 días después de sufrir la picadura del mosquito hembra anopheles, aparecen los primeros síntomas de una infección de malaria, o paludismo. El parásito plasmodium

, aparecen los primeros síntomas de una infección de malaria, o paludismo. El parásito entra en la sangre y se reproduce. Si el enfermo no recibe tratamiento, le destruye los glóbulos rojos de la sangre. Fiebre muy alta, dolor de cabeza y vómitos, son sus síntomas.El mal uso de los antibióticos es la causa de la alta mortalidad infantil por diarreas en los países subsaharianos. Diez de cada 1.000 niños menores de 5 años fallecen por esta causa en esa zona, según la OMS. El desigual reparto de la vacuna contra el sarampión, un preventivo eficaz, explica así mismo que esa enfermedad, eliminada en occidente, sea causa de muerte infantil en los países pobres.