Una maniobra brusca de la máquina agrícola cuando le adelantaba el microbús ha podido ser la causa del accidente en el que anoche murieron cinco chicos en la carretera que une los municipios de Castuera y Puerto Hurraco (Badajoz). Según ha indicado el delegado del Gobierno, Germán López Iglesias, en declaraciones a Canal Extremadura, al parecer, y según las primeras investigaciones, el accidente se produjo cuando el microbús se dispuso a adelantar a la máquina agrícola, que de forma sorpresiva ha efectuó un giro a la izquierda.

Los dos conductores no presentan heridas de gravedad y durante la jornada de este viernes serán interrogados por la Guardia Civil para esclarecer el suceso, según el delegado.

Cuatro niños y dos adultos heridos anoche en el accidente del microbús que ha costado la vida a cinco menores continúan ingresados en el Hospital Don Benito-Villanueva, aunque uno de los pequeños y el conductor del vehículo serán datos de falta de forma inmediata.

Según el último parte médico facilitado en una rueda de prensa por varios responsables del centro sanitario, recibirán el alta el conductor del autobús, que sufre una úlcera corneal, y un niño que ha sufrido una fractura de clavícula. Permanecen en observación junto a otro adulto que padece lesiones en la cadera. Otros tres niños está ingresados pero su estado tampoco es de gravedad. Se trata de dos chicos de 14 años que recibirán el alta en las próximas 48 horas. El tercer internado, de 12 años, ha sufrido lesiones por todo el cuerpo.

Cinco chicos de entre 12 y 15 años pertenecientes a un equipo de fútbol sala de Monterrubio de la Serena fallecieron anoche al chocar el microbús en el que viajaban con una máquina agrícola en la carretera que une los municipios de Castuera y Puerto Hurraco.

Los cadáveres continúan en el Instituto Anatómico Forense de Badajoz, a donde se han desplazado una veintena de familiares, mientras la localidad, que sigue consternada con la noticia, se prepara para el funeral. El polideportivo municipal se está acondicionado para acoger la capilla ardiente.