La Asociación Española de Quiropráctica (AEQ) recomendó este jueves a los costaleros mirar de frente, repartir la tensión y flexionar las rodillas para evitar lesiones durante el traslado de las imágenes en las procesiones de Semana Santa, ya que soportan más de 60 kilos de peso de media.

La AEQ abogó por el entrenamiento previo para mejorar la resistencia física, la realización de un calentamiento y estiramiento anteriores y posteriores a la procesión. Para afrontar la jornada de procesiones, aconsejó llevar ropa amplia y sin costuras y usar una faja que cubra desde la cadera hasta la última costilla para proteger la zona lumbar.

Junto a ello, recomendó usar vendajes funcionales para evitar sobrecargas y molestias en manos, tobillos y los músculos que más sufren. Asimismo, sugirió la utilización de un calzado cómodo de entre dos y tres centímetros de altura y que sujete bien el pie y advirtió sobre la importancia de hidratarse bien durante todo el recorrido.

Entre las recomendaciones, también destacó la necesidad de apoyarse y repartir la tensión contrayendo los músculos en la zona abdominal para proteger la espalda y las lumbares y flexionar ligeramente las rodillas, mantener la cabeza recta para disminuir la tensión muscular y el cuello relajado además de respirar de forma "acompasada", procurando realizarla desde el diafragma.

RELIGIÓN SÍ, PERO SEGURA

Para la asociación, la devoción religiosa "no tiene que estar reñida con la seguridad y la salud" y remarcó que la participación en esta tradición implica un "alto impacto" físico para los costaleros que "agudiza los problemas más comunes además de hacer aparecer otros nuevos".

Entre los trastornos más habituales que sufren los costaleros citó el lumbago, la ciática, la hernia discal y el desgaste de la columna vertebral, todos ellos derivados de la compresión de la columna, que con este "sobreesfuerzo es mucho más intensa de lo habitual" y que tienen "efectos negativos a lo largo de toda la vida". "Los costales afectan gravemente a la columna y por eso deben cuidarse previa y posteriormente para no tener que renunciar a su participación en una procesión e, incluso, a su autonomía", prosiguió la asociación.

A este respecto, su presidente, Guillermo Busto, precisó que, para los músculos de los costaleros, "es un esfuerzo repentino que, concentrado en unas horas y mal practicado, conlleva lesiones". "Tenemos que preparar el cuerpo con un entrenamiento previo y el día que se procesiona hacer ejercicios de calentamiento y estiramientos antes de empezar y estiramientos al finalizar", agregó, puntualizando que se trata de una rutina "básica, por muy cansados que se encuentren".

"Sin preparación para salvaguardar la columna, las cervicales y las articulaciones, antes y después de la procesión, derivarán con seguridad en lesiones", aseveró Busto, para quien contar con un entrenador o alguien con experiencia previa "es muy útil", a lo que unió la necesidad de seguir las indicaciones de un profesional quiropráctico.