Muchas clases online y pocas presenciales. Mascarilla. Gel hidroalcohólico. Extremo cuidado con las relaciones sociales. Y, sobre todo, incertidumbre. Y así desde marzo. ¿Ha afectado académicamente la pandemia a los universitarios españoles? Definitivamente no, responde con contundencia el ministro de Universidades, Manuel Castells.

La calidad de la enseñanza se ha mantenido. La docencia se realiza con normalidad. Ahora, por fin, vemos la luz al final del túnel. Tenemos la vacuna en el horizonte. Esperemos que todo esto acabe pronto y los alumnos y alumnas pueda retomar la normalidad previa a la pandemia, destaca. El ministro se pone en la piel del sociólogo que es y añade que otra cosa es el más que posible impacto personal y psicológico que la nueva enfermedad haya podido causar entre los universitarios. No a nivel académico pero sí personal. Se deberían impulsar estudios para conocer ese impacto porque no cabe duda que estamos delante de una experiencia traumática que ha golpeado fuerte sus condiciones, sus relaciones sociales, explica. Los campus no son solo aulas donde se imparte y se recibe enseñanza. Son mucho más que eso, añade.

El presidente de los rectores (CRUE), José Carlos Gómez Villamados, reconoce que, efectivamente, se ha reducido de manera importante la presencialidad en las aulas, pero que el impacto a nivel académico no es ni mucho menos severo. El nivel de exigencia sigue siendo el mismo, subraya.

Estigmatizados

Tanto Villamandos como Castells pide que no se estigmatice a los jóvenes, a quienes se ha culpado de ser supercontagiadores al seguir manteniendo su intensa vida social. En su opinión, la inmensa mayoría de los universitarios cumplen con las normas sanitarias anticovid. En nombre del Gobierno quiero felicitar a los estudiantes universitarios. La pandemia nos cansa a todos, pero quiero denunciar la estigmatización que sufren nuestros jóvenes. Quiero felicitarse por cómo están respetando las normas y cómo se han adaptado, que no es nada fácil. Claro que hay también irresponsables, pero son los menos. Queda un último esfuerzo, les pido a todos ellos un poco más de paciencia hasta que llegue la vacuna.

Como sucede en los colegios -donde la presencialidad es total- las aulas universitarias -han demostrado ser unos lugares seguros. Ahora mismo, el número de personas de la comunidad universitaria (docentes o estudiantes) infectadas es de 2.455, lo cual se traduce en una (considerablemente baja) tasa de 239,3 casos por 100.000 habitantes. El dato pertenece a una encuesta llevada a cabo por la CRUE a la que respondieron el 60,5% de los centros que hay en toda España y según la cual solo en 11 de las 46 universidades que participaron en el estudio se han producido brotes. En los colegios mayores, el número de brotes asciende a 16.

Tenemos que destacar la responsabilidad de todos los miembros de la comunidad educativa. Además, nos consta que el rastreo ha funcionado, así como el cierre temporal en algunas aulas, continúa el presidente de los rectores. Los cierres puntuales que ha habido Granada sigue con las puertas físicas cerradas y mantiene la enseñanza online se han producido no por la situación en las facultades sino en las ciudades donde se ubican. Es un modelo que se ha seguido a nivel europeo, a excepción de República Checa y Eslovaquia, que han cerrado físicamente sus facultades.

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