Los maquinistas de Renfe no volverán a conducir en la linea de Rodalies de Manresa, en el tramo donde el viernes se registró el choque frontal de dos convoyes, hasta que la empresa ferroviaria y Adif garanticen la seguridad. "Si todavía no se ha tomado ninguna medida desde que se produjo el accidente significa que, si se reabre el tramo, este se mantiene en las mismas condiciones y por tanto persistiría el riesgo", ha explicado a este diario Diego Martín, coordinador de Comunicación del Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (Semaf).

El plante de maquinistas se decidió el lunes por la noche horas después de que Renfe anunciara la reapertura del servicio. La medida afecta únicamente a los tramos entre Manresa y Sant Vicenç de Castellet, de la línea R4, y entre Calaf y Sant Vicenç de Castellet, de la línea R-12. Fuentes de la compañía ferroviaria han explicado que los técnicos de esta empresa y Adif (la primera se encarga de los convoyes y los pasajeros, y la segunda de las infraestructuras) tienen que pronunciarse en los próximos días sobre las medidas a aplicar para eliminar el riesgo de un choque frontal como el ocurrido.

Los maquinistas han denunciado que ellos no participan en la investigación del siniestro, pese a haber pedido implicarse en este tipo de trabajos, al menos para aportar su conocimiento en las medidas que se tomen a partir de ahora. "Tambien llevamos muchos años pidiendo que se invierta en medidas de seguridad en las líneas convencionales como sí se ha hecho en las de alta velocidad", ha añadido Martín.

EL MAQUINISTA ACELERA Y FRENA, PERO NO SE DESVÍA

El Semaf espera a conocer las causas del choque frontal de Manresa para pronunciarse sobre lo ocurrido, pero ya ha lamentado que algunos políticos, como el 'conseller' de Territori, Damià Calvet, hayan apuntado a un posible fallo humano. De momento, lo que sí está claro es que uno de los dos convoyes fue desviado de su vía a la contraria, donde se produjo la colisión, y que este desvío solo puede ser ejecutado desde el centro de Control de Tráfico Centralizado (CTC), ubicado en la estación barcelonesa de França, ya que no puede ser ejecutado por el maquinista. "Los maquinistas solo pueden acelerar y frenar, no decidir por dónde van", ha explicado el representante sindical.

El mismo portavoz ha confirmado que los conductores de Renfe, unos 5.000 en toda España, no reciben formación específica de cómo actuar en caso de colisión frontal, dada la alta improbabiblidad de este tipo de accidentes. "Sí se aprende a frenar de emergencia en caso de un obstáculo en la vía, siempre teniendo en cuenta que un tren puede tardar 900 metros en detenerse totalmente", ha indicado. Sí que reciben los maquinistas información sobre los atropellos de personas, muchas veces producidos por suicidios, para los que además reciben atención psicológica.

SISTEMA ANTIGUO

En el caso de las vías del AVE, por ejemplo, un sistema informático detiene la circulación de los convoyes ante la detección de cualquier objeto, persona o animal encima de la vía por la que va a pasar el tren, lo que no ocurre en Rodalies. El tramo Terrassa-Manresa es uno de los pocos que funciona con el antiguo sistema de seguridad llamado Bloqueo Automático de Doble Vía (BAD) que no detiene los trenes de forma automática si van contradirección en la misma vía, sino que se requiere una alerta telefónica. En el resto de la red funciona el Bloqueo Automático Banalizado (BAB) que, como en el caso del AVE, corta el suministro y detiene los dos trenes.

Los conductores de Renfe disponen, además del titulo de maquinista, de dos certificados para poder operar. Uno de ellos está relacionado con el tipo de máquina que conducen, para la que tienen que estar capacitados, y que en Cercanías suele ser de tres tipos. Además, disponen de una certificación específica de la línea en la que están trabajando.