La muerte accidental de un niño de 7 años y de un peluquero italiano de 36 en un presunto ajuste de cuentas entre mafias árabes, el sábado, provocó ayer un clamor contra el crimen organizado en Marbella. El tiroteo, que causó también tres heridos, ha sido el último de una serie de incidentes protagonizados por las bandas de la Costa del Sol, y ha movido a la policía y a las autoridades marbellís a intensificar la persecución de esos grupos, llegados gracias a la creación de riqueza que permite el litoral malagueño.

En lo que va de año, las fuerzas de seguridad han desarticulado medio centenar de bandas procedentes de diversos puntos del planeta, principalmente Centroeuropa, Suramérica y países asiáticos, así como Oriente Próximo. Según la Subdelegación del Gobierno, la cercanía del litoral malagueño a Africa y Gibraltar ha propiciado el crimen organizado. "La Costa del Sol atrae no sólo turismo, sino también delincuencia", aseguró una fuente oficial.

MATONES CONTRATADOS Para hacer frente a esta proliferación de atracos, secuestros, robos y tiroteos, la alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe, reiteró ayer la petición de aumentar los efectivos de la Policía Nacional. La responsable municipal insistió en la necesidad de "concienciar a los dirigentes del Gobierno de que deben fomentar la seguridad".

En este sentido, Yagüe reveló que, en la mayoría de las ocasiones, los delitos son protagonizados por "personas contratadas en otros países que llegan a la Costa del Sol para hacer el trabajo y se marchan, dificultando en gran medida la investigación". Así, Yagüe expresó su convencimiento de que el suceso ocurrido el pasado sábado "se debe a un ajuste de cuentas en el que han pagado dos inocentes que se encontraban en el sitio inadecuado". La Subdelegación del Gobierno insistió en que "se trata de un problema heredado" y explicó que están "haciendo todo lo posible para dar respuesta cuanto antes a la falta de policías".

La Policía Nacional aún no ha realizado ninguna detención sobre el tiroteo del sábado. El subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, insistió en que el móvil del tiroteo pudo ser un ajuste de cuentas. El posible objetivo de los tres encapuchados, según dijo López Luna, era un ciudadano de origen argelino, pero con nacionalidad francesa, que ya ha sido identificado y del que, al parecer, no constan antecedentes delictivos.