Ni concertinas a seis metros de altura, ni presencia de la Guardia Civil las 24 horas custodiando la valla, ni la dura represión protagonizada por la policía y el ejército marroquí, nada, absolutamente nada frena a los inmigrantes subsaharianos que ansían saltar la valla de Melilla para llegar hasta Europa. Esta pasada madrugada, los campamentos del monte Gurugú se vaciaron y unos 800 inmigrantes intentaron en varias ocasiones acceder a la valla. En esta ocasión, el fuerte despligue de fuerza en el lado marroquí, advertidos por la Guardia Civil, evitó que los subsaharianos se acercaran siquiera a la valla. Pero lo volverán a intentar. En lo que va de año, 170 inmigrantes han logrado entrar en Melilla. Cada día hay un intento de salto.

Divididos en varios grupos, los subsaharianos descendieron desde las faldas de la montaña del Gurugú, aunque ninguno consiguió ni siquiera acercarse a la valla, ante el despliegue de la policía y el ejército marroquí, a su lado de la frontera. Una presencia que ha agradecido el responsable de la Guardia Civil en Melilla, el coronel Ambrosio Martín Villaseñor.

En un comunicado de prensa, la Guardia Civil ha detallado que sobre las diez de la noche del martes, se avistaron varias columnas de inmigrantes que de manera "organizada y desde distintos asentamientos", descendían hacía la valla, dirigidos por "ancianos o guías", que, según la nota, conocen perfectamente el terreno y el mejor camino hasta la frontera.

El primer grupo de inmigrantes, que era el más numeroso, estaba formado por unas seiscientas personas y fue localizado por el helicóptero de la Guardia Civil a un kilómetro de la valla. Los inmigrantes trataron de ocultarse entre la maleza y los árboles para no ser vistos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad marroquíes, que los acabaron descubriendo y forzaron su repliegue a los campamentos improvisados del Gurugú.

Durante toda la noche, y divividos en grupos de unas 200 personas, se han ido reproduciendo los intentos de salto en varios puntos de la valla. Todos los intentos han sido fustrados, después de que los subsaharianos fueran descubiertos por el helicóptero de la Guardia Civil y las cámaras de seguridad de la propia valla. El último intento se ha producido a las seis y media de la mañana, y también ha sido abortado, en el lado marroquí de la frontera.