La larga caminata por la dignidad que se inició el pasado 5 de marzo en el Bajo Aragón terminó ayer con éxito en la plaza Colón de Madrid. Más de 1.600 aragoneses se trasladaron hasta el centro de la indignación para gritar al unísono que la democracia que se vende "no lo es". Lo que pedían era "pan, trabajo y casa", como se veía en los cientos de pancartas que portaron. En total, desde diferentes puntos de la comunidad aragonesa partieron salieron 25 autobuses sin huecos libres para manifestar su "hartazgo social". Aragón estuvo doblemente representado. El Canto a la Libertad de Labordeta volvió a convertirse en el himno de una marcha multitudinaria. Porque ayer, Aragón pedía "libertad y derechos" y no solamente lo hizo en Madrid. En Zaragoza, decenas de personas acudieron a la concentración organizada por la plataforma 22M. En la capital aragonesa, igual que en Madrid, se leyó el manifiesto de esta campaña en el que se critica el "desmantelamiento" de los servicios públicos, con especial hincapié en la educación y la sanidad y se denunció la "situación límite" a la que se ha llegado desde el inicio de la crisis y sus recortes. "Esta es una crisis capitalista", decían, en la que "nos dejan sin trabajo, sin casa, sin sanidad, sin pensiones, sin estudios y sin futuro", motivo por el que ayer, y todos a una, desde todos los rincones de Aragón y haciendo eco en la plaza Colón, se grito "basta".