La ampliación del permiso de paternidad de dos a cuatro semanas ha reducido el número de hombres que renuncian a disfrutarlo hasta el punto de que por primera vez ya son más (665) los varones que se apuntan a su baja que mujeres a la de maternidad. La cifras pueden incluso aumentar más si entra en vigor el acuerdo alcanzado por el Gobierno con Ciudadanos de ampliar la baja de los varones a cinco semanas, ahora congelado por la imposibilidad de aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2018 (PGE).

La nueva ampliación a cinco semanas debería haber entrado en vigor el pasado 1 de enero pero los afortunados que han sido los primeros padres del 2018 no han podido disfrutarla ni es previsible que lo hagan los que lo sean en los próximos meses. No podrán hasta que se debloquee la negociación del Gobierno con el PNV, que saltó por los aires a raíz del conflicto catalán y la aplicación del artículo 155.

Ciudadanos ha presionado al Gobierno para que apruebe un crédito extraordinario a través de un decreto ley que pemitiría poner en marcha la medida, pero el Ejecutivo no se ha movido un ápice. No poner en marcha ninguna de las mejoras previstas en los presupuestos es una manera de presionar al resto de grupos, especialmente al PNV, para que le apoyen en el trámite parlamentario.

116 millones de euros

El coste de incrementar de cuatro a cinco semanas los permisos de paternidad a lo largo de este año habría sido de 116 millones de euros si hubiera entrado en vigor el 1 de enero. Con la demora, Cristóbal Montoro logra un ahorro adicional.

La ampliación de dos a cuatro semanas, fruto también de un acuerdo parlamentario con Ciudadanos, se puso en marcha en enero de 2017. Hasta el pasado septiembre se habían concedido 196.873 bajas de paternidad, frente a las 196.218 de maternidad a mujeres, con esa diferencia a favor de 665 para los hombres.

¿Cómo se explica este 'sorpasso' si las mujeres están obligadas a cogerse la baja, como mínimo, las seis primeras semanas tras el parto? La respuesta es muy simple: hay muchos más hombres que mujeres que pueden disfrutar de ese derecho al ostentar la condición de afiliados a la Seguridad Social. Baste de ejemplo un solo dato: el 25,6% de las mujeres estan "inactivas", es decir, que ni tienen empleo ni lo buscan, mientras que entre los hombres de la misma franja de edad, el porcentaje baja a un residual 2,8%. Cuando esa cuarta parte de mujeres son madres no tienen, obviamente, derecho a la baja.

Otra manera de acercarse al fenómeno es compararlo con el número de nacimientos, que en el 2016 fueron 410.583, por los que solo se concedieron 272.821 permisos a las madres. Unas 140.000 mujeres no pudieron beneficiarse de la prestación.

Miedo a perder el empleo

Cuando se aprobó el permiso de cuatro semanas, algunos expertos vaticinaron que el número de hombres que se acogerían al mismo bajaría en consonancia con lo que había ocurrido hasta ahora, cuando muchos renunciaban por miedo a perder un empleo cada vez más precario. Pero la medida parece haber generado el efecto contrario. ¿Quién renuncia a una nómina entera sin trabajar?

En el 2016, antes de aplicarse la ampliación, la cifra de los permisos de maternidad para madres superó en más de 30.000 los paternidad. Y en el periodo 2007-2016 hubo 158.000 bajas más mujeres que de hombres.

Nada impide pensar que si se amplia el permiso a cinco semanas los hombres que renunciarán al creciente beneficio serán aún menos.