Incapaz de asimilar que un hombre pegara a su hija, se tomó la justicia por su mano y lo mató. Es la explicación más plausible del suceso que conmocionó ayer a la localidad alicantina de San Juan, donde un hombre descerrajó dos tiros de escopeta al joven, de 24 años, compañero de su hija.

Fueron varios los vecinos que aseguraron que la pareja tenía un hijo en común pero estaba separada porque él la sometía a malos tratos. Fuentes de la investigación confirmaron que sobre el joven pesaba una orden de alejamiento de su compañera. Ayer, cuando el padre del niño iba a recogerlo se enzarzó con su suegro en una acalorada discusión. Tras el homicidio, el agresor se entregó a la Guardia Civil.

Numerosos vecinos mostraron ayer su sorpresa y describían al detenido como una persona que "lo debía estar pasando mal con lo de su hija".