Diecisiete miembros de una misma familia se han visto afectados por un brote de triquinosis un mes después de haber consumido carne de cerdo procedente de una matanza casera que realizaron sin autorización en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real).

En declaraciones a Efe, el director general de Salud Pública y Consumo, Manuel Tordera, explicó que ocho de las personas afectadas fueron diagnosticadas en la provincia de Ciudad Real y el resto en la Comunidad de Madrid (siete en Fuenlabrada, uno en Móstoles y otro en la capital).

El 8 de enero, esta familia practicó la matanza tradicional de un cerdo que habían criado en semilibertad en este municipio situado en el entorno del Parque Nacional de Cabañeros. Los primeros pacientes ingresaron en Urgencias de Hospital General Universitario de Ciudad Real un mes después, el 8 de febrero, después de haber consumido carne cruda, procedente de los embutidos elaborados en la matanza.

El mismo día que se detectó el primero de los casos se activó el protocolo correspondiente y se avisó a los servicios veterinarios que tomaron muestras de la carne que aún tenía la familia, comprobando que estaba afectada por triquina.

Los veterinarios destruyeron la carne que no era apta para el consumo y ordenaron al resto de la familia para que entregaran y no consumieran más este producto.

La familia incumplió la normativa de Castilla-La Mancha de avisar de la realización de una matanza casera al Ayuntamiento de su municipio, que es el encargado de dar a conocer qué veterinario puede prestar el servicio de controlar que la carne es apta para el consumo. El Gobierno regional ha abierto un expediente a la familia, aunque finalmente no ha sido multada porque «la sanción ya ha sido grande, por el susto que se ha llevado».